martes, 16 de diciembre de 2008

SUPERCONSCIENCIA



“A menudo se oyen referencias a ‘estados alterados de conciencia’ como si
los estados de conciencia elevados fueran una anomalía”.
“En realidad solamente hay un estado de conciencia: la Superconciencia. La mente
consciente y subconsciente son tus estados alterados, son como filtros densos por donde
se filtra el superconsciente a través del cerebro. El superconsciente es y siempre lo ha
sido, la realidad. Es el estado autentico y natural de nuestro ser”.

Los estados de relajación e interiorización son una preparación necesaria para llegar
al estado final: la expansión de la conciencia en el superconsciente. Para experimentar
nuestro auténtico ser, antes tenemos que relajarnos, concentrarnos y elevar nuestra
energía.
Muchas veces, cuando decimos que estamos meditando, no lo estamos; estamos
esforzándonos por calmar la mente agitada lo suficiente como para ser capaces de
meditar. El estado real de meditación comienza cuando tenemos una concentración
profunda, sin que un solo pensamiento nos interrumpa.
Los estados elevados de meditación se componen de tres pasos que van
aumentando en profundidad.

En sánscrito se llaman: “Dharana”, “Dhyana” y
“Samadhi”, que pueden traducirse como concentración, meditación y unión. Como
vamos a tratar estos conceptos con mayor profundidad en la continuación de estas
lecciones, aquí haremos un breve comentario de ellos. Dharana es un estado de
concentración profunda y sin interrupciones. Por ejemplo, si estuviéramos viendo luz en
el ojo espiritual, en el entrecejo, en el estado de Dharana no tendríamos otro
pensamiento que la percepción de la luz. Si pudiéramos mantener ese estado de
concentración el tiempo suficiente, entraríamos en el siguiente estado de meditación,
Dhyana. Aquí estaríamos absorbidos en la luz, sintiendo que es nuestra verdadera
realidad. No podríamos mantener una sensación de separación con respecto a ella,
sintiéndonos tan sólo observadores de la luz. Después de algún tiempo de estar
absorbidos en la luz, entraríamos en el estado final de meditación, Samadhi.

En él nos
daríamos cuenta de que somos uno con la luz, perderíamos completamente la sensación
egoísta de “yo”, comprendiendo que el “yo” al que nos aferramos es solamente luz;
finalmente nos sentiríamos libres de toda limitación. En Samadhi perdemos toda
sensación de separación. El estado de Samadhi es la meta de la meditación. Aunque el
objetivo de nuestras vidas sea alcanzar Samadhi, podemos y debemos sentir una
sensación de expansión interior cada vez que nos sentemos a meditar.

La expansión es el tercer y último estado de la meditación, aparece
automáticamente cuando alcanzas con éxito los dos estados anteriores, relajación e
interiorización. La expansión es nuestra verdadera naturaleza, es una memoria de la
felicidad que espera con paciencia a que retiremos nuestra atención y energía del
mundo. Las técnicas que has aprendido son el camino que lleva a este estado de
expansión. Las técnicas de relajación te permiten aquietar tu cuerpo y tu mente.

Hong-So te permite retirar tu Prana y alcanzar una concentración profunda.Con el control de la fuerza vital y un
esfuerzo profundo y sincero, será posible alcanzar finalmente los estados más altos de
meditación.
Dedica siempre el último tercio de tu meditación a intentar conseguir una sensación
de expansión de tu ser. Cuando la mente se aquiete sentirás una paz y una alegría
innatas. Yogananda dijo que esta sensación es el signo de que Dios está contigo.
Expande tu paz y tu alegría hasta que penetre en todo tu ser. Con deseo sincero, sopla en
la pequeña ascua de fuego hasta que estalle en llamas y consuma cualquier inquietud.
Desde ese estado surgirá una comunión interna con Dios. Tu compasión se expandirá
instintivamente. No tendrás que hacer ningún esfuerzo por amar a los demás: no podrás
sentirte separado de ellos, sentirás una conexión profunda con toda la vida.

En las escrituras indias se dice que Dios se manifiesta como ocho atributos básicos:
Luz, sonido, sabiduría, poder, calma, paz, amor y éxtasis. Al meditar, por medio del
superconsciente, podemos sintonizarnos con estas cualidades y cualquiera de ellas nos
ayudará a experimentar una gran expansión de la conciencia.
Practica Hong-So hasta que consigas un cierto estado de quietud y concentración. Elige
entonces una de las cualidades mencionadas y siente su presencia, quizá sutil, dentro de
ti. En el ejemplo siguiente vamos a usar la paz. A medida que percibas una sensación de
paz interior, enfoca toda tu concentración en esa sensación, deja que se expanda con una
especie de “esfuerzo relajado”. Al principio puede servirte de ayuda utilizar una
afirmación sencilla como “me siento en paz, soy paz” para cristalizar esta sensación,
pero gradualmente intenta ir más allá de las palabras y entra en la sensación misma. A
medida que el sentimiento de paz se incremente, identifícate con él. En otras palabras,
deja que la paz, en vez de ser tu personalidad, sea la forma en que te defines a ti mismo.
Incrementa este estado cuanto puedas y mantenlo todo lo posible.

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