miércoles, 25 de marzo de 2009

CÓMO DESARROLLAR MAGNETISMO



Como sabes, el fenómeno del magnetismo que se manifiesta en un imán se debe a
que éste emite sutiles líneas de fuerza, que pueden ser trazadas sobre un papel utilizando
limaduras de hierro. Nuestro cuerpo es como un imán cuyos polos son la base de la
columna y la parte superior de la cabeza.
El efecto del yoga consiste en imantar nuestro cuerpo y nuestra conciencia. Al igual
que una barra de hierro se imanta cuando sus moléculas se disponen en la dirección
Norte-Sur, el yoga alinea nuestras “moléculas” en la dirección correcta. Si aprendemos
a imantarnos, a dirigir nuestras moléculas sutiles en una sola dirección, nuestro
magnetismo se fortalecerá enormemente.

El magnetismo es clave a todos los niveles de nuestra vida, en la salud, los negocios,
las relaciones humanas y también para encontrar a Dios.
Del mismo modo que un cable por el que circula una corriente eléctrica crea un
campo magnético, cuando diriges tu energía en una única dirección creas un campo
magnético que será tanto más fuerte cuanto mayor sea la corriente de energía que
circula por tu interior. Si creas un flujo mental fuerte, tus pensamientos tendrán
magnetismo.
Todas las leyes físicas tienen su base en leyes espirituales. Si observas una ley en el
mundo material, puedes estar seguro de que existe una ley correspondiente a nivel más
profundo.

La ley del karma, por ejemplo, se expresa en la ley de la dinámica de Newton
según la cual a toda acción corresponde una reacción igual y de sentido contrario.
Nosotros poseemos un campo magnético, que se ve influido por otros campos
magnéticos, como el de los planetas o el de las demás personas. El poder de este campo
magnético es tan fuerte que nuestros pensamientos atraen hacia nosotros lo que
pensamos. Por ejemplo, si desarrollamos pensamientos de amor atraemos amor, o lo
mismo si desarrollamos pensamientos de odio. Gracias a este principio podemos atraer
hacia nosotros aquello que deseemos, el éxito, por ejemplo. Los pensamientos de éxito
desarrollarán las cualidades necesarias para obtenerlo.
Si convencemos a nuestra mente de que somos capaces de hacer algo, si la
convencemos profundamente, no a nivel superficial, nos sorprenderemos de lo que
podemos conseguir.

En una ocasión Paramhansa Yogananda encargó a un pintor el retrato de su
paramgurú Lahiri Mahasaya. Cuando el pintor le entregó el cuadro no le satisfizo el
resultado. Preguntó al autor cuánto tiempo había empleado en dominar su arte. Éste le
contestó que 20 años.
- ¿Quiere decir que tardó 20 años en convencerse de que podía pintar? Inquirió
Yogananda sorprendido.
El pintor, ofendido le retó:
- Me gustaría ver qué era capaz de hacer usted en ese tiempo.
- Déme solamente una semana. Fue la respuesta de Yogananda.
Al cabo de una semana Yogananda presentó ante el pintor la obra que había
realizado y éste tuvo que admitir que era mejor que una que él había hecho sobre el
mismo tema.
Lógicamente Yogananda no utilizó esa semana en aprender la técnica pictórica, lo
que hizo fue sintonizarse con la obra que quería realizar.
Si queremos dominar en algún campo del arte, la ciencia, la tecnología, etc. lo
principal que debemos hacer no es adquirir destreza en ese campo o aprender las
técnicas que lo gobiernan, lo más importante es entrar en su conciencia. Sintonizarse
con ella.

No podremos crear paz si desarrollamos pensamientos de ira. Si para protegernos de
una posible amenaza ponemos en marcha todo un sistema basado en el odio, sólo
fomentaremos odio y la amenaza crecerá. Si deseamos paz lo primero que debemos
hacer es comportarnos pacíficamente. Tenemos que imantar nuestro corazón dirigiendo
todas sus “moléculas” hacia la paz y así atraeremos a los demás hacia la paz. Las
vibraciones que creamos en nuestro interior tienen poder magnético para atraer aquello
en lo que pensamos. Pero el magnetismo no es sólo mental, es también del corazón.
Ofrece tu energía con amor, con sentido de ir desde tu ego al Infinito.
Clases de magnetismo
Una persona puede desarrollar distintos tipos de magnetismo, algunos de los cuales
pueden incluirse en la categoría de magnetismo físico. En las enseñanzas del yoga este
magnetismo se trata en muchos aspectos. Swami Kriyananda cuenta que conoció a un
hombre con magnetismo para los animales y aunque no era un hombre fuerte, podía
imponerse incluso a los leones.

Pero no debemos olvidar que nuestra meta es espiritual. El cuerpo es parte de
nuestra naturaleza y debemos desarrollarnos equilibrada y armoniosamente, sin
embargo tenemos que poner cuidado en no alimentar al ego. Nuestro magnetismo debe
dirigirse siempre hacia la parte superior de la cabeza.
El poder del magnetismo es algo maravilloso porque la energía que sentimos en
nosotros es la misma que creó el universo. Si aprendes a dominarla de manera adecuada,
espiritualmente, no tendrás límites para actuar sobre lo que desees.
Formas de desarrollar el magnetismo
Existen dos formas fundamentales de desarrollar nuestro magnetismo.

1) Sintonizarse con personas que lo posean. Una barra metálica se magnetiza
cuando se coloca cerca de un trozo de hierro imantado. De la misma forma, para
adquirir un fuerte magnetismo es importante relacionarse con personas que posean el
tipo de magnetismo que desees desarrollar. Si deseas atraer el éxito mantente en
contacto con personas de éxito, no con fracasados. Si quieres adquirir magnetismo artístico debes relacionarte con artistas. Frecuenta la compañía de devotos si quieres
desarrollar magnetismo espiritual.
Ésta es una de las razones por las que en las enseñanzas de yoga se recomienda
practicar satsanga, buena compañía. Es también uno de los motivos por los que es tan
importante tener un gurú, un maestro que haya alcanzado a Dios, pues sintonizando
nuestra conciencia con él podremos “alinear” nuestras moléculas en su dirección y
adquirir su poder magnético.
2) Practicar Yoga. Como ya dijimos el yoga alinea las moléculas de tu interior. Para
ello podemos utilizar múltiples técnicas: Hacer ejercicios de respiración llevando la
energía hacia arriba por la columna; concentrarnos profundamente en el ojo espiritual;
liberar el poder de la kundalini*. Todo cuanto dirija tu energía hacia arriba alinea tus moléculas.

Además de estas dos formas básicas, también puede adquirirse magnetismo
actuando correctamente con relación al cuerpo. Particularmente con respecto a la
alimentación. Si tomas alimentos que bloquean el sistema digestivo creas obstáculos al
flujo de energía en tu interior.
Ciertos alimentos tienen una gran influencia magnética en el cuerpo, algunos de
ellos colapsan el flujo energético. Ésta es una de las razones por la que los yoguis
afirman que no debe comerse carne. Otra razón es que la carne tiene su propio
magnetismo y es muy fuerte, en especial el magnetismo negativo creado por el miedo
del animal en el momento de morir. Las personas que comen carne tienen tendencia
hacia la ira porque esa conciencia de miedo pasa a su cuerpo.
Las frutas, por el contrario, tienen grandes cualidades magnéticas que son
absorbidas por nosotros al comerlas. Los yoguis dicen incluso que cada tipo de fruta
posee su magnetismo. Los plátanos, por ejemplo, desarrollan humildad, las cerezas
alegría, las uvas amor y devoción, las manzanas y peras paz, las fresas dignidad, etc.

Todas las frutas tienen vibraciones espirituales en mayor o menor medida.
Las emociones también influyen en nuestro magnetismo. Si aprendemos a amar a
los demás, a crear armonía en nuestro sistema nervioso por medio de una mente y unos
pensamientos armoniosos, nos daremos cuenta de que nuestra armonía no sólo se
manifestará en el cuerpo, este magnetismo se expandirá a nuestra aura, la aumentará y
fortalecerá y hará imposible que seamos heridos por las circunstancias externas.
En las posturas de Hatha Yoga utiliza tus manos para expandir y fortalecer tu aura
alrededor del cuerpo. Muévete y realiza todas tus actividades con un sentido de poder,
de estar moviéndote en luz. No se trata sólo de aumentar el vigor, la fuerza, todos
nuestros movimientos deben estar bajo nuestro mando.
Se puede desarrollar el aura hasta el punto que los demás la sientan a distancia.
Todos nosotros poseemos la capacidad potencial de ser magnéticos. Sólo tenemos que
dirigir muestras moléculas en el sentido adecuado.

A niveles más sutiles, si llevas tus pensamientos hacia arriba, en la dirección
correcta, desarrollarás intuición. La energía atraerá hacia ti amigos, oportunidades,
facilidades. Por ejemplo, hay personas que consiguen fácilmente buenos empleos, los
demás piensan ¡qué suerte tiene! No es suerte, es magnetismo. Las personas que están
convencidas de que “tendrán suerte” la tienen. Ésta es la razón de la llamada “suerte de los principiantes”. El principiante no piensa, porque las desconoce, en las dificultades,
sino que pone todas sus expectativas, ilusiones, confianza, entusiasmo, en lo que hace.
Si quieres tener suerte no esperes pasivamente que la suerte venga a ti, sal a su
encuentro. Tus pensamientos crean un campo magnético y según sean, así atraerán los
resultados.
La determinación mental a superar los obstáculos atraerá hacia nosotros lo necesario
para superarlos hasta niveles sorprendentes. No permitas que tu mente se oriente hacia
el desastre, si la orientas hacia la resolución de las asuntos obtendrás resultados
extraordinarios.

Han existido algunos criminales que llegaron a ser grandes santos, precisamente
porque para ser un criminal se necesita poseer una determinación muy fuerte. Cuando
decidieron poner su determinación en la dirección correcta pudieron superar su mal
karma acumulado y encontrar a Dios. Para elevarnos, además de dirigir la energía
correctamente, es necesario desarrollar una gran corriente de energía en nuestro interior.
La energía es la clave del éxito. Recuerda. “Cuanto mayor es la voluntad, mayor es el
flujo de energía”. Y puesto que la energía es la responsable del magnetismo, este
axioma se aplica también a él: “Cuanto mayor es el flujo de energía más fuerte es el
campo magnético”.
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lunes, 2 de marzo de 2009

Los principios basicos morales del yoga II




Niyama significa no control. Esta sección contiene cinco normas (síes) que se
refieren a las observancias o preceptos del sendero del Yoga:

1) Saucha (Limpieza)
2) Santosha (Contentamiento)
3) Tapasya (Austeridad)
4) Swadhyaya (Autoestudio o Introspección)
5) Ishwara pranidhana (Devoción al Señor Supremo)


1.- Saucha, (Limpieza)
Limpieza se refiere especialmente a la pureza del corazón, si bien incluye también la
limpieza del cuerpo.
La limpieza del cuerpo es necesaria para el yogui porque sin limpieza física no se
puede tener dominio sobre uno mismo. La suciedad física impide ir más allá del cuerpo
y alcanzar percepciones elevadas. En esta falta de limpieza física se incluyen también
los alimentos insanos y la falta de eliminación de los productos de desecho del cuerpo.
En un jardín la tierra se considera limpia y buena, pero cuando aparece en la cocina
se convierte en suciedad. El corazón humano es impuro cuando desea cosas extrañas a
nuestra verdadera naturaleza. Los pensamientos impuros nos llevan hacia abajo, siendo
menos importante el tipo de asunto de que se trate, que la dirección que imprime a
nuestros deseos. Cierto tipo de música nos eleva, otra nos deprime. Cierto tipo de
compañía puede perturbar sutilmente las vibraciones personales y entorpecer el
desarrollo interior. Es mejor relacionarse con pocas personas e incluso limitarse a la
compañía de gente espiritual. El aislamiento es el precio de la grandeza de espíritu.
Patanjali dice que de la perfección de Saucha surge la conciencia de la liberación del
cuerpo; ya no nos vemos inclinados a la búsqueda del placer físico. El amor por los
demás se vuelve desinteresado y espiritual. El corazón, al liberarse de las impurezas
externas e internas, es capaz de descubrir que los anhelos y deseos que había depositado
en este mundo físico se alcanzan realmente en el Espíritu. Jesús dijo “ Bienaventurados
los puros de corazón, porque ellos verán a Dios”.
Cuando medites acércate a Dios con el corazón puro y ofrécele a Él todos tus
deseos. Una ducha antes de la meditación ayuda, pero es más importante deshacerse de
los pensamientos y de los impulsos mundanos, porque se aferran a nosotros como el
humo cuando estamos en compañía de fumadores.
En la práctica del Hatha Yoga, Saucha implica la eliminación de las toxinas e
impurezas físicas, de la tensión y de las obstrucciones al flujo de la energía en el cuerpo
que impiden alcanzar el bienestar físico y espiritual.


2.- Santosha, (contentamiento)
Contentamiento significa aceptar las cosas tal como son y sentirse feliz con que lo
sean. Este niyama es considerado como la virtud suprema no sólo por los grandes
yoguis, sino por los santos de todas las religiones. San Francisco de Sales decía: “Un
santo triste es un triste santo”. La razón es que cuando se adquiere esta virtud, con ella
vienen de la mano muchas otras. Cuando existe alegría interior es fácil ser amable, no
enfadarse ni deprimirse, sentirse y comportarse con elevación.
El contentamiento se alcanza, no cuando todo va bien, sino practicándolo como una
auténtica cualidad. Si esperas a que todo vaya bien, pasarás tu vida esperando hasta la
siguiente encarnación.
¿Cómo adquirir santosha? Cuenta Sri Gyanamata que en una ocasión en que estaba
pasando por momentos muy difíciles se encontraba orando al atardecer y de pronto le
fue dictada la siguiente oración: “Señor, no cambies las circunstancias de mi vida,
cámbiame a mi misma”.
No debemos permitir que nuestra felicidad dependa de las condiciones externas. Sea
cual sea el ambiente en que nos desenvolvamos o las circunstancias que nos toquen
vivir, nada debe alterar nuestra paz interior.
Tenemos tendencia a buscar nuestra felicidad en el exterior, sin comprender que sin
alegría interior no es posible sentirse satisfecho. Pero si combatimos esa tendencia del
corazón a buscar la felicidad fuera de nosotros, aceptando cuanto tenemos como
procedente de Dios, descubriremos que la alegría ya existe, en este momento, y que está
dentro de nosotros.
Según Patanjali, la práctica de santosha conduce a ver la Dicha Divina en cada
átomo de la creación y más allá de la creación.
En la meditación el contentamiento te será de gran ayuda, al suprimir la tendencia a
“apretar los dientes” y preguntar “¿Cuándo voy a ser FELIZ?
Cuando practiques las posturas de Hatha Yoga, realízalas siempre con un
sentimiento de gozo, casi como si sonrieras internamente.


3.- Tapasya, (Austeridad)
El término sánscrito Tapasya resulta difícil de traducir porque la austeridad parece
tener una connotación de severidad que no es lo que realmente significa. Significa
retirar nuestra energía de los reclamos externos, contenerla para que no se malgaste y
dirigirla hacia arriba.
Podemos enfocar este niyama desde tres puntos de vista, como simplicidad, como
autodisciplina y como supresión de las distracciones.


a) Simplicidad. La austeridad no significa penitencia externa, sino reconocimiento
de que la felicidad no está en las cosas. En el mundo occidental se identifica felicidad
con posesiones; la vida más plena parece la más llena de las llamadas “cosas buenas”,
casas lujosas, comidas refinadas, ropa cara. Por el contrario la madre de Paramhansa
Yogananda le aconsejaba “Nunca desees riquezas”. Cuando él le preguntaba por qué, su
respuesta era: “Porque te esclavizarán”.
b) Autodisciplina. La libertad no está en dejarnos llevar por nuestros impulsos, por
nuestros hábitos, por los caprichos de nuestro cuerpo, sino en ejercer férreamente
nuestra voluntad. Debemos entender la voluntad, no como la mera facultad de desear,
sino de actuar como inteligencia, independientemente de nuestros instintos, desde
nuestro ser más elevado.
En el sentido más sutil, practicar tapasya significa dominar nuestros gustos y
aversiones. Significa firmeza para contener la corriente que nos arrastra hacia fuera.
c) Supresión de las distracciones. Las distracciones crean vacío interior. Si
queremos llegar a realizar algo importante en la vida debemos aprender a canalizar
nuestras energías. Se cuenta que cuando el gran físico Albert Eisntein se entregaba a la
resolución de un problema se olvidaba hasta de comer, ¡a veces durante días!
Con la práctica del autocontrol se adquiere un enorme poder. Patanjali afirma que la
perfección en tapasya desarrolla ciertos poderes sutiles o siddhis latentes en el ser
humano.
Al meditar disciplina tu mente para que no se deje arrastra de aquí para allá. No
permitas que te domine, dile firmemente que ahora quien dirige “la orquesta” eres tú.
En la práctica de Hatha Yoga haz cada movimiento con la máxima consciencia, con
la sensación de ser dueño de tu cuerpo, no de que tu cuerpo te domina como un coche
cuesta abajo y sin frenos. Cada movimiento debe ser pausado y armonioso, aunque sólo
sea estirar un dedo.

4.- Swadhyaya, (Autoestudio)
Swadhyaya o autoestudio es mucho más que autoanálisis e investigación de nuestras
motivaciones ocultas; es más profundo que el autoanálisis intelectual. Significa tomar
conciencia de uno mismo; trata de un “estudio del yo” que se convierte en la aventura
suprema del autodescubrimiento
Autoestudio, en sentido yóguico, significa erradicar del corazón los engaños y falsos
apegos que nos impiden comprender qué somos realmente: el Espíritu Infinito.
El autoestudio debe comenzar con la autocrítica. Recuerda que antes de juzgar a los
demás tienes que juzgarte a ti mismo. La autocrítica realizada con objetividad te llevará
al segundo paso en swadhyaya, la introspección. Lleva a cabo una observación
cuidadosa de tus propios pensamientos, sentimientos y motivaciones. Paramhansa
Yogananda recomienda practicar la introspección todas las noches para comprobar si
estás siendo arrastrado por la corriente de los malos hábitos o estás desarrollando tu
fuerza de voluntad. De esa forma llegarás a conocerte tal como eres. Al avanzar en la
práctica de la introspección se llega al autoconocimiento. Se descubre que nuestra
realidad no son nuestras debilidades, nuestras limitaciones, nuestro comportamiento
externo. Se descubre que la realidad fundamental del ser que está más allá del
pensamiento, la forma y la sustancia, que no puede ser observada ni analizada, que ni siquiera puede definirse, aunque a veces se describe por medio de su cualidad esencial:
el gozo.
Patanjali dice que de la perfección en la práctica de swadhyaya se obtiene el poder
de entrar en contacto con seres de esferas más elevadas de existencia y recibir su ayuda.
Pues gracias al autoestudio y al descubrimiento de nuestros estados profundos de
conciencia, es posible sintonizar con niveles de conciencia más elevados.
Swadhyaya es también el objetivo más profundo del Hatha Yoga: preparar el
cuerpo, como se haría con un templo, para la comunión con el Señor Infinito y con esos
eminentes seres que viven siempre en Su luz.


5.- Ishwara pranidhana, (Devoción al Señor Supremo)
Este niyama no trata sobre sentimientos sensibleros, sino sobre enfocarse
completamente en lo que se desea; enfocarse profundamente, con todo el corazón.
En una historia de la India se cuenta que un joven se dirigió a un santo para que le
enseñase a meditar. El santo supo que el aspirante a discípulo todavía no estaba
preparado, así que le llevó hasta la orilla del río y agarrándole le metió la cabeza debajo
del agua. Se la mantuvo hundida hasta que el joven, en su agonía, empezó a dar patadas.
Entonces el santo le preguntó: “¿Qué era lo que más deseabas cuando tenías la cabeza
dentro del agua?”. “Aire”, respondió el joven. El santo le dijo: “Cuando desees a Dios
de ese modo, vuelve a mí”.
¿Por qué hablar de Dios si el yoga no se basa en creencias sino en prácticas? Porque
no se puede ascender espiritualmente sin concebir que existe algo más elevado que la
conciencia humana. Si el yogui, al querer llegar a realidades más elevadas, les llama
“Dios”, ¿cuál es la objeción?. El hombre, con su pequeña mente, no puede comprender
un estado de perfección absoluta, pero es correcto que sienta devoción hacia ese ideal.
Paramhansa Yogananda dijo en una ocasión, “Cuando encuentras a Dios comprendes
que es un Ser consciente a quien se puede recurrir y no simplemente un estado mental
abstracto”.
Tener devoción al Ser Supremo es fundamental para el progreso espiritual. Sin
devoción no se puede avanzar por el sendero espiritual, de igual modo que no se
avanzaría por una carretera difícil si no se tiene deseo de llegar al final del viaje. Sri
Yukteswar dijo que no podemos siquiera poner un pie delante del otro en el camino
espiritual sin “despertar el amor natural del corazón”.
Patanjali dice que gracias a la perfección en Ishwara pranidhana se entra en el rayo
de amor divino, donde reside la Conciencia infinita. Sin ese amor no es posible recibir
la sutil emisión que emana del corazón del Silencio Infinito.
Las posturas de yoga deben hacerse con un sentido de adoración si se quiere obtener
de ellas el mayor beneficio. Fueron creadas por grandes sabios que veían en ciertas
posturas la expresión externa de los movimientos internos del alma.

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