sábado, 24 de enero de 2009

ESPIRITUALIDAD



“No somos seres humanos que tienen experiencias espirituales ocasionales; sino todo lo contrario: somos seres espirituales que tienen experiencias humanas ocasionales.”
Deepak Chopra

Nuestra cultura está fuertemente influenciada por los valores judeocristianos de caridad y trabajo. Sin embargo, esta sociedad como la conocemos se ha desarrollado esencialmente durante el siglo XX, y sus más profundas creencias están enraizadas en el llamado materialismo filosófico. Esta etiqueta no se refiere a nuestro amor por las posesiones y el dinero sino a la idea de que la realidad está determinada por lo que percibimos con nuestros sentidos.

Si algo no puede ser visto, saboreado, escuchado, tocado, o medido en un laboratorio; el materialismo sostiene que existe sólo como una creación mental. Aunque los fenómenos no-materiales (extra-sensoriales) existen en la esfera de la religión, nuestra visión de la realidad “cotidiana” está básicamente divorciada del reino del espíritu.
Nos basamos en lo que la ciencia indica para decidir qué es real y qué no.

Sin embargo, hay muchas cosas que no podíamos ver ni creíamos que existieran hace 200 años: átomos, quarks, propulsión aerodinámica, agujeros negros, ni tampoco soñar con los microscopios y los telescopios que actualmente nos permiten observar todas esas cosas. Hoy la ciencia nos dice que el universo está hecho de materia y de energía.

La creencia en que no existe nada más allá de aquello que puede ser visto, gustado, tocado, oído o experimentado tiene consecuencias dramáticas, pero no más graves que la forma en que consideramos los ciclos de nuestras vidas, desde el nacimiento hacia la madurez, la vejez y la muerte.

Para aquellos que consideran la vida sólo por medio de los sentidos, la muerte es el obvio fin del camino; más allá de la desaparición de nuestro cuerpo físico, dicen, no hay nada. Para la gente de fe, pueden existir otros planos o reinos además del terrenal, y aunque nuestros actos afecten al futuro, la vida posterior permanece en el ámbito de la especulación.

De acuerdo a esta visión material, somos entes separados, finitos, y vivimos en un mundo de fenómenos cambiantes, esperando nuestra aniquilación. De modo que no es una gran sorpresa que la muerte y sus amigas la enfermedad y la vejez, hayan sido fuente de tantos temores y se las comprenda tan erróneamente.

El Hinduismo observa la existencia desde una perspectiva mucho más amplia que la de una única vida. Lo que recibimos de la cultura hindú es la comprensión de que el alma continúa existiendo después de la muerte. Este aspecto no físico, no material, de la vida humana es tan real para los hindúes como lo son su cuerpo y su mente, y los lleva a considerar a la muerte no como el final de todo, sino como una transición; y a su vida física como una etapa en el viaje eterno que el alma transita hacia su auto-realización.
La conciencia metafísica nos ayuda a reducir la fuerza de dos compulsiones: a “tenerlo todo” ahora, y a la desesperación frente a las pérdidas: la mayoría de los occidentales nos pasamos la vida preocupados por no perder lo que tenemos.

Esta otra concepción nos ofrece la oportunidad de ocuparnos de cuidar aquello que no puede sernos quitado: nuestra sabiduría y el amor que podemos ofrecer a quiénes nos rodean.

Es importante que reflexionemos sobre si creemos que somos cuerpos con mente y nada más, y que nos preguntemos: ¿hay algo que alguna sea suficiente? En una sociedad enfocada en el plano físico y psicológico, MÁS siempre parece ser MEJOR: más tiempo, más salud, más experiencias, más posesiones.

Deberemos examinar si “más” es REALMENTE “mejor”, y, si alguna vez eso nos alcanza.

Si consideramos un modelo de la realidad expandida más allá del materialismo filosófico – más cercana a lo que Aldous Huxley denominó “filosofía perenne” – podemos considerar al proceso de vida bajo una luz radicalmente diferente.

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El Plano Astral y cuerpos sutiles de los humanos



El plano astral es un universo paralelo, un plano de manifestación en el que penetramos todas las noches al conciliar el sueño. Durante esas horas, el cuerpo físico queda en un estado latente, recomponiéndose fisiológicamente, mientras la psiquis se desdobla “ingresando” en este universo, desconocido para muchos seres humanos. Lo hace a través de un organismo similar en sus características al cuerpo físico, que se ha dado en llamar “cuerpo astral”.

El plano astral es un mundo singular, regido por algunas leyes similares a las leyes físicas y otras muy diferentes. Los cuerpos y objetos tridimensionales tienen su correspondencia en este plano, en el que sin embargo no existe la gravitación (característica del mundo físico terrestre); también es diferente la cohesión molecular de los cuerpos, de tal manera que los sólidos pueden ser penetrados, etc.

La gran mayoría de los seres humanos no somos concientes del fenómeno del desdoblamiento, ni tampoco de lo que ocurre con posterioridad. En el mejor de los casos, estas experiencias quedan en nuestra memoria como sueños, similares a la fantasía mental en estado de vigilia. Repetimos mecánicamente los eventos del día o proyectamos nuestras expectativas hacia el futuro, de manera que sólo recordamos algunos sueños vagos y confusos. En cambio, si despertáramos la conciencia viviríamos esos momentos de la misma forma o con más intensidad que en las horas de vigilia. Tendríamos una forma de conocernos directamente a sí mismos y al cosmos que nos rodea.

Ingresando conscientemente al plano astral podemos acceder a realidades superiores, ignoradas por la cultura moderna, pero muy estudiadas en antiguas civilizaciones

El plano astral, también conocido como uno de los siete cielos, es el plano de existencia a través del cual toda vida tangible se experimenta a sí misma. Nosotros nos experimentamos y experimentamos nuestras vidas en el plano astral a cada momento de cada día.

Cuando alguien muere, con frecuencia sucede que otras persones ven lo que interpretan ser el alma dejando el cuerpo, cuando en realidad lo que están viendo es el cuerpo astral. El cuerpo astral es aquel en el que, generalmente, vivimos nuestra vida una vez que el cuerpo físico muere. Digo generalmente porque no todo el mundo necesita continuar viviendo en el plano astral, ya que hay quienes lo han trascendido antes de su muerte física. El plano astral es un cielo de visibilidad; allí uno puede ver, tocar y sentir de manera muy parecida a como lo hacía antes de morir. Es por ello que muchas personas ni siquiera se dan cuenta de que han dejado el mundo físico y han pasado a ese plano.

En el plano astral existen muchas dimensiones de vida y pensamiento. El bajo astral o la energía entre nosotros y los mundos más celestiales, está lleno con formas de pensamientos negativos que pueden ser descritas como demonios o el infierno. Esta dimensión de energía fue y sigue siendo creada por los procesos humanos de pensamiento y emociones negativas. El bajo astral es como un recipiente para estas energías y siempre estamos sujetos a ellas. Una de las leyes universales dice que los iguales se atraen. Cuando estamos en nuestro más bajo nivel emocional y mental, es cuando más propensos estamos a contagiarnos de estas energías de tristeza, dolor y rabia. Es entonces cuando recibimos un bombardeo de estos sentimientos no deseados y nos aborrecemos a nosotros mismos.

El bajo astral existe para dar cabida a esas energías, ya que fueron creadas por personas a quienes todavía pertenecen, lo deseen o no. Nosotros, al ser creadores de nuestras propias realidades, tenemos la oportunidad de dirigirnos a nuestras creaciones para transmutarlas y también para recrearlas nuevamente. No hay nada en el cielo y la tierra que sea intrínsecamente malo; son solo nuestras percepciones las que hacen que las circunstancias, los eventos y la gente nos parezcan malos.

Cuando una persona aprende a comprender la percepción, entonces tiene la habilidad de ir más allá del bajo astral y sanar sus pensamientos atormentados y sus procesos sentimentales. Esto le permite disminuir su necesidad de experimentar el bajo astral y comienza a ascender dicha dimensión y a adentrarse en los mundos celestiales de belleza, amor y conocimiento. El plano astral es un lugar de visión y de luz. Allí, en el alto astral, tenemos la habilidad de ver los reflejos de los seres y los mundos celestiales. Algunos de estos seres se parecerán y serán llamados guías espirituales, ángeles, maestros ascendidos, consejos de luz, jardines de paz, templos de luz y por el estilo. Este reflejo que percibimos es como ver con nuestros ojos físicos, pero es aún mucho más bello de lo que uno pudiera imaginarse, y la experiencia no puede ser descrita fácilmente con palabras.

La energía astral es invisible al ojo humano, no obstante, es la fuerza que nos da energía en el plano físico. El astral es lo que limita entre los planos físico y etérico de existencia y de conciencia. En la experiencia astral no solo podemos ver a los seres celestiales de otros planos de existencia, sino que podemos viajar dentro de ellos a través de nuestra conciencia.

El cuerpo astral y el plano astral han sido usados por siglos para ver a distancia. Cuando una persona ve un aura o es clarividente, clariaudiente o clarisintiente, de hecho está usando su sensibilidad astral para experimentar tales cosas. Algunos llaman a esto intuición desarrollada. Cuando aprendemos en qué forma somos seres astrales, así como seres físicos, descubrimos que somos capaces de viajar dentro de la conciencia, en vez del pensamiento. Pensar es una experiencia racional basada únicamente en el hemisferio izquierdo del cerebro. La conciencia es el uso de todo el cerebro subconsciente y supraconciente a la vez.

El astral es un depósito de información que puede brindar revelaciones del porqué y los motivos de las preguntas místicas para quien sepa como usarlo. Allí se pueden accesar los registros Akáshicos para aprender de ellos. El plano astral no puede separarse de otros planos de existencia, así como el plano físico tampoco. Una vez que entendamos que todas las cosas son energía, entonces podemos aprender a comunicarnos con y a través de la energía que somos.

Todos los planos de existencia interactúan dentro de nosotros todo el tiempo; es preciso que nos volvamos concientes de esta actividad si queremos evolucionar espiritualmente y sobrevivir a los cambios actuales del plano terrenal.

Abundan demasiadas versiones y explicaciones sobre como moverse entre las diferentes frecuencias dimensionales de luz, como si debiéramos comprenderlo y formar parte de esto. Sin embargo, para hacerlo, debemos por lo menos haber dominado el plano físico y el plano astral de conciencia.

¿Como podemos entender la esencia de las frecuencias de la quinta y sexta dimensión, si todavía debemos comprender la cuarta? La energía de la cuarta dimensión tiene que ver con el misterio de la vida y del universo. Tiene que ver con el entendimiento del amor incondicional, así como del amor condicional. También versa sobre cómo entender que somos esas cosas y que debemos convertirnos en ellas. El aprendizaje de la cuarta dimensión se relaciona con la sabiduría y la predicción, la conciencia de la energía y los mundos invisibles manifestados. Está relacionado con la pureza, la confianza y la inocencia.

Cuando hayamos pasado a través de los misterios de la iniciación de la luz astral que nos enseña estas cosas, entonces podremos continuar con el aprendizaje y la conciencia de la quinta dimensión, no antes. Las leyes universales y cósmicas no permiten tomar atajos a aquellos que pretenden ignorar su funcionamiento. Como las teclas de un piano, hay un orden establecido que todo iniciado debe seguir para lograr la ascensión de cada plano y dimensión de conciencia.

La quinta dimensión trata del plano causal y de las leyes de la creación o causa y efecto. No podemos crear con facilidad nuestra propia realidad y una realidad de paz amorosa y armonía sin descubrirla primero dentro de nosotros mismos. Poseer el poder y la habilidad de crear a voluntad es un peligro, y a la vez un honor. Es un poder que se gana a través de nuestra dedicación al misterio de la vida del alma y del espíritu. Los misterios del alma y del espíritu se enseñan y se aprenden a través del Plano Astral.

Cuando podamos transmutar nuestros juicios sobre lo que es bueno y lo que es malo, cuando entendamos que el velo de la ilusión en la vida fue creado por milenios y que es simplemente una distracción de la verdad interna, entonces podremos movernos a la quinta dimensión de aprendizaje y habilidades.

Es cierto que como individuos y como planeta, tenemos acceso a las frecuencias dimensionales de la quinta, sexta y séptima dimensión. Esto siempre ha sido así, pero en esta era se ha vuelto más fácil de percibir para la mayoría. Es verdad que existen frecuencias dimensionales aún más puras que se hallan después de éstas; es también cierto que para experimentar tales frecuencias, debemos ser capaces de vibrar en dichas frecuencias.

Podemos imaginarnos cosas portentosas y maravillosas. La imaginación es una gran herramienta. La verdadera grandeza y revelación viene a través de la experimentación de la verdad; no de imaginárnosla.

El plano astral es nuestro primer paso a otros planos de existencia y conciencia. Podemos usarlos ahora o después de la muerte para explorar los mundos no visibles de majestad y belleza que es encuentran dentro de cada alma. El plano astral resuena con nuestras frecuencias de tercera y cuarta dimensión. Es nuestra escalera para ver la ilusión y dejarla atrás. Es, en esencia, el intermediario necesario para trascender los planos de la forma y entrar en los misterios de lo que no tiene forma.
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viernes, 23 de enero de 2009

EL PODER DE LA VOLUNTAD



La voluntad es la facultad de decidir y dirigir la propia conducta. Dios ha dotado al
ser humano de esta facultad que, si la utiliza de forma sensata, le permitirá lograr los
resultados que se proponga. El poder de la voluntad es el secreto del auténtico éxito.
Con el poder de la voluntad podemos alcanzar las cumbres de la realización
espiritual, o caer en la más profunda ignorancia.
La primera manifestación de la fuerza de voluntad es la voluntad fisiológica. Con
ella tratamos de eliminar de nuestra vida toda incomodidad que se presente. La mayoría
de las personas sigue únicamente los dictados de los sentidos y por tanto no supera este
tipo de voluntad.
Si la voluntad fisiológica no está guiada por la sabiduría termina por transformarse
en una voluntad esclava de los hábitos. Cualquier adicción, como la bebida y las drogas,
nos hace esclavos de la voluntad sometida al cuerpo y se convierte en uno de los
mayores pecados contra el espíritu.
Cuando no permitimos que nuestra voluntad esté guiada por los hábitos, sino por
nuestra capacidad de discernimiento, alcanzamos la voluntad racional. Éste el camino
hacia la sabiduría.
La voluntad dinámica es la voluntad utilizada para conseguir un objetivo noble y
creativo, se apoya en nuestra determinación de alcanzar ese objetivo sin importar lo que
suceda. Si hacemos uso de la voluntad dinámica tendremos éxito en todos los objetivos
buenos que nos propongamos.
Utiliza la fuerza de voluntad para buscar a Dios por encima de todo. Medita al
levantarte y antes de dormir por la noche. No dejes que las cosas externas debiliten tu
voluntad.
El poder de la voluntad se desarrolla con la perseverancia. Debes comenzar
poniéndote pequeñas metas. Gradualmente trata de conseguir objetivos cada vez
mayores, cada vez más difíciles de alcanzar y más elevados.
El poder de la voluntad infinita se consigue cuando unimos nuestra pequeña
voluntad con la infinita conciencia todopoderosa de Dios.
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LOS SENDEROS DEL YOGA II



Entre los “senderos” del yoga que se describen a continuación algunos son muy
familiares, otros son menos conocidos.

Karma Yoga
Significa liberarse de los lazos kármicos, si bien al incorporar este término sánscrito
a Occidente se ha traducido simplemente como el yoga de la acción o la actividad.
Podemos decir entonces que significa actuar de forma que dirijamos nuestras energías
hacia Dios. Sus dos principios fundamentales son:
• Ver a Dios actuando a través de nosotros en todas nuestras actividades
• No-apego a los frutos de nuestras obras (nishkam karma: acción sin desear los
frutos de la acción)
La meta del karma yoga es romper los lazos que nos atan al ego y dar un cauce
correcto a nuestros impulsos. Desde el punto de vista espiritual, incluso los impulsos
dañinos pueden ser reorientados hacia tendencias constructivas. Por ejemplo, la avaricia
puede superarse practicando la generosidad.
La enseñanza del karma yoga no es “Haz esto o aquello, específicamente” sino
“Todo lo que hagas hazlo con un sentido de libertad. Ten presente que sólo eres un
instrumento de la Divinidad. No hagas nada con fines egoístas. Actúa para neutralizar,
no para agitar, las ondas de atracciones y repulsiones”.
Para practicar karma yoga debes intentar ver siempre a Dios, no a tu pequeño ego,
como el Hacedor. Trata de expandir tu sentido de identidad hacia el infinito. La
perfección en este yoga lleva a transmutar nuestro impulso a actuar a partir del ego.
Como consecuencia se alcanza la superconciencia y una perfecta calma interior.

Gyana Yoga
Es el yoga de la sabiduría y el discernimiento. Gyana Yoga no trata de definiciones
intelectuales, del estudio de las escrituras, del conocimiento de los hechos o de filosofía
abstrusa. La práctica de Gyana Yoga significa utilizar la mente o la imparcialidad del
intelecto para distinguir la verdad de la simple apariencia y penetrar en el corazón de la
realidad. Es la práctica del neti, neti (“ni esto ni aquello”).
Mirando tras los velos que ocultan la puerta de la Verdad, el gyana yogui llega
finalmente a la Verdad Misma, despojada de toda apariencia superficial. Pero nunca
llegará a ésta mientras busque sólo en el nivel de las ideas, algunas de las cuales le
atraerán, mientras que encontrará otras repulsivas. Su búsqueda debe llevarle a su
interior, a comprender en niveles cada vez más profundos quién y qué es.
La sabiduría no es sólo la meta; es también el camino. El gyana yogui debe ver todo
con la conciencia imparcial de un sabio. No importa tanto que vea las locuras humanas
como que no sea afectado por la suprema locura del hombre: la ilusión misma.
El yogui que lo practica llega a darse cuenta de que el tapiz de todo comportamiento
humano está tejido con el hilo de la motivación egoísta y que el ego tiene un efecto de
contracción, no de expansión, impidiendo la felicidad. Sólo la autoexpansión aporta la
satisfacción que busca todo ser humano.
El gyana yogui comprende que el mundo objetivo no es muy diferente del mundo
del sueño subconsciente. Observa el sufrimiento, la vejez y la muerte, como hizo Buda
y se pregunta. “¿Es esto todo lo que ofrece la existencia? ¿No existe un estado del ser en
que estén ausentes estas miserias universales?”. La sabiduría le lleva a esta conclusión:
“¡Debe existir tal estado! Si no fuera así, ¿por qué mi alma tiene la convicción de que
nada es real?”. La práctica de neti, neti revela que nada es sustancial y conduce a la
mente a “la nada” del silencio perfecto.

Bhakti Yoga
Es el yoga de la devoción, del amor. Pero no de una devoción basada en prácticas
externas, en ritos y alabanzas rutinarias en voz alta. Su esencia es el abandono, la
ofrenda del pequeño ser en la infinitud de Dios. Su práctica incluye fundamentalmente
cantos devocionales, canciones, mantra, oración y servicio devoto a Dios.
Con esta práctica se intentan despertar nuestras emociones para calmarlas y
centrarlas, no para agitarlas. Se trata de polarizar hacia Dios el deseo de satisfacción
terrenal. Pues si se despiertan los sentimientos del corazón y no se dirigen hacia arriba
por medio de la meditación, se alimentan emociones que agitan nuestro corazón y se
proyectan hacia fuera, alejándonos de nuestro origen divino.
Los santos auténticos de todas las religiones, independientemente del entusiasmo
con que rezaron, cantaron o bailaron en su devoción, alcanzaron un punto en su
desarrollo en que adquirieron profunda calma interior. Todo movimiento cesaba. Santa
Teresa de Ávila relata que en ese estado no podía siquiera orar, tan profunda era su
quietud interior. Realmente fue una yogui, aunque jamás oyó hablar de yoga. Pero como
no era consciente de que esa perfecta quietud constituía la meta de la búsqueda
espiritual, malgastó muchos años (como escribió más tarde) tratando de forzar su mente
a volver a las prácticas piadosas superficiales que su alma trataba de trascender.
Los santos que alcanzaron la perfección en bhakti yoga llegaron al éxtasis; en ese
estado la única expresión posible del amor es una expansión del silencio interior.

Hasta cierto punto el bhakti yoga, o devoción pura, es esencial para todo buscador.
El amor desinteresado es uno de los medios más rápidos de calmar los remolinos de los
deseos egoístas y sacar los sentimientos de la órbita egoica para sumergirse en la
Corriente Divina.

Hatha Yoga
El Hatha Yoga es la rama física del Raja Yoga. La palabra hatha significa realmente
“sol/luna”; no se trata de que ha signifique literalmente “sol” y tha “luna”, sino que
representan la dualidad fundamental en la que se basa la creación: macho/hembra,
yin/yang, dentro/fuera, bien/mal, luz /oscuridad, etc. En concreto se refiere a nuestras
dualidades interiores. Por tanto el término “Hatha Yoga” significa “lograr la unidad
(yoga) de nuestra dualidad interna”.

Raja Yoga
“Raja” significa “real”. El Raja Yoga es el único yoga, todos “los demás” Yogas son
simples especializaciones de esta ciencia básica. Es la combinación armoniosa de todos
los senderos del yoga con la práctica de la meditación como guía suprema.
El Raja Yoga es el río en el que confluyen los arroyos tributarios de los demás
“yogas”. Si los tres tributarios de karma yoga, bhakti yoga y gyana yoga se relacionan
con las cualidades básicas de la naturaleza humana, el raja yoga trasciende la naturaleza
humana para subrayar las cualidades eternas del alma. La meditación superconsciente es
la culminación de todos los demás yogas, por eso quien busque la realización espiritual
más elevada, debe incluir en su búsqueda espiritual la práctica diaria de la meditación.
El raja yoga ve la naturaleza humana como un reino compuesto por las tendencias
psicológicas y los atributos físicos, que requieren consideración atenta. Un rey no puede
permitirse favorecer a una clase de súbditos a expensas de las demás; si no lo hace así se
expone a que la insatisfacción entre el resto siembre las semillas de la rebelión. De igual
forma, el hombre progresa más cuando todos los aspectos de su naturaleza se
desarrollan armoniosamente. Por tanto al raja yogui, o yogui regio, se le exige gobernar
su reino sabiamente y con moderación, desarrollando todos los aspectos de su
naturaleza de forma equilibrada e integrada. Puesto que el alma es el verdadero
soberano del reino interior del hombre, el desarrollo de la conciencia del alma a través
de la meditación diaria constituye la principal actividad del raja yoga. Pero incluso la
meditación puede provocar desequilibrio si es unilateral. Por tanto al raja yogui se le
alienta a desarrollar todos los aspectos de su naturaleza, siempre con vistas a neutralizar
las ondas de atracciones y repulsiones y no como una autoexpresión egoica que cree
constantes remolinos de implicación egoísta.
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LOS SENDEROS DEL YOGA



Yoga significa unión. Etimológicamente se relaciona con el vocablo “yugo”, como
en el acto de uncir a los bueyes para que tiren de un carro. Yoga significa unión con
Dios; o la unión del pequeño ser, o ego, con el Yo divino, el Espíritu Infinito: Significa
ir de la dualidad (el sentido de separación, oposición, multiplicidad) a la unidad.

Aunque el yoga no es una religión, sus principios se encuentran en la base de todas
las religiones. Estos principios representan nuestra búsqueda y nuestro anhelo de la
verdad, de las verdades más elevadas, y de la respuesta a las preguntas sobre quién
somos, por qué estamos aquí y cuál es nuestro papel en todo esto.
El yoga es tanto un arte como una ciencia. Es una ciencia porque ofrece métodos
prácticos para controlar el cuerpo y la mente y hacer posible la meditación profunda. Y
es un arte porque si no se practica con intuición y sensibilidad, sólo producirá resultados
superficiales.
El yoga no es un sistema de creencias. Tiene en cuenta la influencia mutua entre el
cuerpo y la mente y los armoniza entre sí. Por ejemplo, a veces la mente no puede
concentrarse debido a la tensión o la enfermedad del cuerpo, que impiden que la energía
fluya hacia el cerebro. A veces la energía del cuerpo es débil porque el ánimo está
abatido o paralizado a causa de emociones negativas.

El yoga trabaja básicamente con la energía corporal a través de la ciencia del
pranayama o control de la energía. Prana significa también “respiración”. El yoga
enseña, mediante el control de la respiración, a serenar la mente y alcanzar los estados
más elevados de conciencia.
Las enseñanzas del yoga conducen más allá de las técnicas y muestran al yogui, o
practicante de yoga, cómo dirigir su concentración de tal forma que no sólo armonice la
conciencia humana con la divina, sino que funda su conciencia con el infinito.

El Bhagavad Gita y los Yoga Sutras de Patanjali son las exposiciones más
importantes de la ciencia del yoga. Es interesante notar que si bien el yoga se centra en
las técnicas científicas con las que alcanzar la Autorrealización, ni en el Gita ni en los
Yoga Sutras se describe explícitamente ninguna técnica. Algunas de ellas están ocultas,
pero además muchas técnicas yóguicas tienen sus raíces en esas escrituras en el sentido
de que tales técnicas son medios de llegar a los estados interiores que se indican en
ellas.
El yoga puede describirse como la calma de las olas de gustos y aversiones que nos
permite mantenernos íntegros bajo cualquier circunstancia. Es en este sentido como se
utiliza en la definición clásica dada por Pantanjali en los Yoga Sutras. Él escribió:

“Yogas chitta vritti nirodh”, “Yoga es la neutralización de las ondas de los
sentimientos”. Chitta (sentimiento) se ha traducido de diversas formas, como “sustancia
mental”, “conciencia”, “subconsciencia”, “mente inferior”. Hace muchos años, en una
serie de clases sobre los Aforismos de Patanjali, Paramhansa Yogananda señaló que esas
ondas de la mente que producen engaño y esclavitud son principalmente las atracciones
y repulsiones, los sentimientos tendenciosos del corazón. Vritti (vórtices) literalmente
significa “remolinos” –los remolinos atorbellinados que interfieren con el suave fluir de
la vida, atrayendo a una órbita puramente privada todo aquello que a uno le gusta,
volviéndole tan preocupado de las elecciones y rechazos egoístas, que ya no forma parte
consciente de esa corriente.
Es necesario subrayar que Patanjali no estaba diciendo que yoga es la neutralización
de los sentimientos mismos.

La capacidad de sentir nos es necesaria, es la fuente de toda
verdadera intuición. De hecho, sólo a través de una desarrollada percepción intuitiva
alcanzaremos la Autorrealización. Por tanto son los remolinos, la agitación de los
sentimientos, lo que debemos neutralizar; así nuestra naturaleza sensible se hará tan
serena como un lago sin olas.
Yoga es por tanto la neutralización de los sentimientos dirigidos por el ego, pues
una vez que se calman, el yogui comprende que es y ha sido siempre uno con el
Infinito; que su conciencia de esa realidad estaba limitada únicamente por su
encaprichamiento con la limitación.
Ésta es, además, la verdadera meta de toda búsqueda. La razón por la que los
aforismos de Patanjali son aceptados como una escritura universal, es que él trataba de
verdades espirituales universales, no de prácticas sectarias. Todo buscador auténtico,
independientemente de su religión, alcanza el mismo estado de calma divina que es
yoga.

Los diferentes senderos del yoga deben entenderse desde la perspectiva de cómo
ayudan a producir esta neutralización de las ondas del sentimiento.
A veces se oye hablar de los llamados “senderos del yoga” (por ejemplo Karma
Yoga, Gyana Yoga, Bhakti Yoga) como si se tratara de senderos separados. Realmente
ninguno de ellos es un “camino”. Un “camino” es un recorrido específico, que por tanto
excluye otras opciones. Pero los “senderos” del yoga no pueden aislarse unos de otros.
Son simplemente distintos énfasis dados a la ciencia única del yoga (Raja Yoga). Las
diferencias surgen del hecho de que las personas, de forma natural, buscan la meta final
por diferentes caminos, según su temperamento. Podemos hablar de tres tipos básicos
de seres humanos, si bien ningún ser humano pertenece exclusivamente a un tipo u otro.

El tipo activo. Este tipo se identifica básicamente con el karma yoga o yoga de la
acción. Pero el karma yoga ofrece directrices para cualquier persona, pues nadie puede
vivir sin actuar. El Bhagavad Gita declara que incluso no hacer nada es un acto: ni la
mente ni las funciones involuntarias del organismo se detienen.
El tipo emocional. Se orienta hacia el bhakti yoga o yoga de la devoción. Sin
embargo las enseñanzas del yoga dejan claro que todos los seres humanos deben
purificar y expandir sus sentimientos.
El tipo intelectual. Se dirige fundamentalmente hacia el gyana yoga o yoga de la
discriminación. No obstante el gyana yoga nos enseña a todos a orientar la inteligencia
innata hacia la verdad más elevada, en cualquier situación.

Los diferentes senderos apuntados hasta ahora están concebidos para adecuarse a los
temperamentos básicos de las distintas personas: a su tendencia a vivir a través del
sentimiento, la acción o el pensamiento. Puesto que todo ser humano está compuesto de
estos tres atributos, los tres deberían ser seguidos hasta cierto punto por todos,
independientemente de cuál de ellos predomine en una naturaleza en concreto.
Pero el carácter es una consideración superficial. No es una cualidad del alma, sólo
lo es del ego. La perfección en cada uno de estos senderos trasciende el carácter,
conduce desde las prácticas externas a la profunda calma interior. A menos que haya
cierto grado de “interiorización” ya desde el comienzo de nuestra andadura, las
prácticas externas se quedarán en el exterior; no conducirán a la neutralización de los
remolinos de los sentimientos, lo que constituye el yoga.
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DEJA EN SILENCIO TU MENTE: PRACTICA LA MEDITACIÓN



La meditación es una práctica milenaria que a través de los siglos y enriquecida por las diferentes tradiciones espirituales que la han utilizado ha ayudado a que los practicantes aprendan a dejar la mente realmente tranquila, esto es, interrumpir el autodialogo interno y generar un estado mental de silencio donde florece la serenidad y el bienestar.

La esencia de la meditación es establecer un estado de conciencia donde el practicante puede observarse a si mismo como podemos observar a otra persona. En este estado de no-identificación estamos generando unas condiciones mentales para ser menos vulnerables a las potentes sugestiones que nos generan nuestros pensamientos y vivencias emocionales.

La práctica asidua de esta disciplina ayuda a mejorar considerablemente el estrés, la ansiedad o los estados de desánimo o desesperanza. Permite calmar la mente, y por tanto, no caer en la repetición de pensamientos negativos u obsesivos.

Resumiendo: La meditación nos sitúa en el aquí y en el ahora. Cuando uno medita está realmente en el presente, ya que si no es así no se produce la meditación, está eliminando las identificaciones que normalmente tenemos con los contenidos de la mente, ya sean los pensamientos, las vivencias, los recuerdos, etc.

El silencio mental generado por el estado meditativo produce unas condiciones de calma profunda lo que supone un alivio a los estados de estrés o ansiedad. La calma mental presupone un cambio de enfoque a la hora de percibir los problemas o las cuestiones que tenemos planteadas en nuestra vida, haciéndonos ver aspectos hasta ahora no descubiertos que nos da una nuevas y creativas formas de solucionar los problemas.

Ejercicio diario: Meditación Vipasana

· Siéntate en la postura que estés más cómodo: postura del sastre, de medio loto, loto, zazen o sentado. La columna vertebral debe estar muy derecha, la barbilla algo recogida para que la nuca esté estirada. No dirijas la respiración, déjala fluir con naturalidad por la nariz, con la boca cerrada. Observa como se produce este proceso sin intervenir en absoluto.

· Observa cuando te llenas y cuando te vacías, cuando entra el aire rozando las aletas de la nariz y cuando sale algo más caliente. Nota si tu respiración es larga o corta, agitada o relajada, profunda o superficial. Intenta percibir ese instante de quietud en el que la inhalación llega a su fin y a la quietud antes de convertirse en exhalación. En ese punto de equilibrio cuando la inhalación concluye para convertirse en exhalación o cuando ésta termina para convertirse en inhalación, es cuando todo se serena y encuentras la vivencia de tu ser.

· Para mantener la mente pendiente de la respiración, deja que todos los pensamientos que te llegan a la mente, salgan de ésta como el aire que respiras. También puedes contar las inhalaciones en ciclos de 1 al 10 con el fin de ir mejorando tu concentración. Al exhalar no cuentes. Te puede ayudar el visualizar el número cada vez que inhalas. Cuando exhalas borras la imagen del número. Si pierdes la cuenta por desconcentración, empieza a contar desde el principio. Alternativamente puedes llevar tu concentración al movimiento del vientre con cada respiración. Siente como el abdomen se hincha y como se contrae.

· Si te distraes o sientes alguna molestia en tu cuerpo, obsérvalo sin emitir ningún juicio ni análisis, sin entrar en el agrado o desagrado de lo que te ocurre. Luego vuelve, dulcemente a la concentración principal en tu respiración.

Lleva la actitud generada con la práctica meditativa al resto del día. Vive el día con intensidad y conciencia. Presta atención a cada cosa que hagas, centrándote en ello como si fuera lo único que existe. Ten consciencia de tu ser en todo momento. Desde ahí, observa tus sensaciones físicas, tus emociones y tus pensamientos. Cuando te distraigas por pensamientos que te proyectan al futuro o al pasado, date cuenta de este hecho y vuelve al presente. Para ello te puede ayudar el centrarte en la percepción de tus sensaciones corporales.
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miércoles, 14 de enero de 2009

LOS YUGAS




Los grandes yoguis de la India declararon hace mucho tiempo que la iluminación
humana depende sólo parcialmente de la composición del cerebro y la clase de
información que recibe. Dicen que lo más importante es la energía que circula por el
complejo circuito de los nervios cerebrales. Si esta corriente de energía es débil, por
mucha información que llegue al cerebro no se conseguirán ideas brillantes y
originales. Esta corriente de energía puede fortalecerse gracias al esfuerzo personal,
tanto eliminando de los nervios aquello que obstaculiza el paso de la energía, como
aumentando el flujo de energía. Estos dos objetivos pueden conseguirse practicando
yoga con continuidad y aplicación. Quizá por esta razón, más que por ninguna otra, el
yoga se considera una ciencia, no un simple arte.
Pero los sabios han enseñado que la potencia de esta corriente de energía depende
también de ciertos factores externos. Nuestro ambiente, nuestras compañías, tienen
una influencia fácilmente reconocible; por esta razón los grandes santos han
subrayado siempre la importancia de satsanga (buena compañía) y de vivir en
ambientes espirituales. Pero los antiguos también dijeron que nuestro planeta recibe
grandes cantidades de energía del universo circundante y que una sutil sintonía con
esta energía puede producir una rápida iluminación interior.
Declararon que los rayos de energía son más fuertes en el centro de nuestra
galaxia. Nuestro sol, afirmaron, no sólo se mueve en una órbita fija alrededor de la
galaxia, sino que gira también alrededor de su dual, acercándose y alejándose del
centro de la galaxia. Cuando se acerca, la humanidad camina hacia la iluminación.
Cuando se aleja, sólo las personas que desarrollan conscientemente su energía interior
y que con su sensibilidad hacen uso de toda la energía que les llega del exterior, son
capaces de superar el hundimiento general en la oscuridad.
Swami Sri Yukteswar, el
gurú de Paramhansa Yogananda
y un astrólogo profundo así como
uno de los mayores maestros de
yoga de la India moderna,
explicó que nuestro sol completa
una vuelta alrededor de su dual
cada 24000 años. Este ciclo se
divide en cuatro edades ascen-
dentes y cuatro descendentes
llamadas Yugas. Desde el punto
de mayor oscuridad al de máxima
iluminación, sus nombre s son:
Kali Yuga, Dwapara Yuga,
Treta Yuga y Satya Yuga.

Sri Yukteswar dijo que alcanzamos el punto más alejado del centro de nuestra
galaxia en el año 499 d.C. Ahora estamos otra vez en un ciclo ascendente y hemos
entrado en la segunda de las cuatro edades: Dwapara Yuga, la edad de los
descubrimientos atómicos, cuya duración es de 2400 años. Dwapara Yuga comenzó
en 1699 d.C. (Así pues, astrológicamente hablando, el año 2000 debería llamarse el
año 300 Dwapara).
La ciencia del yoga nació en una era en que la humanidad, por la proximidad del
sol al centro de la galaxia, estaba en su conjunto más iluminada y podía comprender
fácilmente verdades que nuestros pensadores más avanzados están todavía tanteando.
(Esto se refiere a las personas corrientes, mundanas, cuyos únicos medios para
alcanzar el entendimiento son las toscas herramientas de la lógica y no a los grandes
santos y yoguis, que están interiormente iluminados en cualquier época). Gracias a
que los tanteos de estas verdades han comenzado de nuevo, los grandes yoguis han
reintroducido esta antigua ciencia para la humanidad en general y la gente es cada vez
más receptiva a ella.
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martes, 6 de enero de 2009

QUE ES LA ASCENSION?



La ascensión es básicamente un cambio de frecuencia y un cambio de foco de la conciencia. (*1)

La energía está presente en todas las cosas y se combina de maneras indescriptiblemente complejas para formar todo lo que conocemos y todo lo que no conocemos, incluso a nosotros mismos.

Nuestro cuerpo físico, las emociones, los pensamientos y el espíritu, todo, está hecho de energía, combinándose de una manera tal, que nos convierte en un ser único, en todo el universo. Debido a que la energía que somos tiene una frecuencia, nosotros la podemos cambiar.

Eso es la ascensión. A medida que elevamos la frecuencia más baja de nuestro cuerpo físico, éste se vuelve menos denso e incorpora gradualmente energía de frecuencias más elevadas. A medida que lo hace, verás cosas y pensarás cosas que no te eran posibles antes. Literalmente te convertirás en un ser de la quinta dimensión, operarás en la quinta dimensión y trabajarás con seres de la quinta dimensión. Las frecuencias más bajas, las del miedo y de la limitación, se derrumbarán y vivirás en un estado que denominarías de éxtasis, en unicidad con tu espíritu y con el espíritu de todos los demás. Eso es la ascensión.

Nuestro planeta y todas las especies de vida en él, estamos en el proceso de ascensión. Ascensión significa que todas las formas de vida de primera y segunda dimensión pasarán a formas de vida de tercera dimensión. Los humanos, o formas de vida tridimensionales nos graduaremos ya sea para el mundo de la cuarta dimensión, o, al de unidad de la quinta dimensión. Esto dependerá de nuestro nivel de evolución y de nuestra intención. La ascensión está ocurriendo ahora, paso a paso, y continuará de una u otra forma, ya que esa es la voluntad de todos.

Normalmente, los planetas y las especies de vida encarnadas en el planeta son ascendidas a través de desastres cataclísmicos que anuncian un ciclo de muerte -resurrección. En este ciclo, como lo demostró Cristo, los desastres crean muerte planetaria. A nivel de la Mente Universal esto se sabe y se entiende, debido a que esta es la manera como la ascensión usualmente ocurre. Esta es la razón por que desde tiempos remotos han existido profecías de terribles catástrofes que ocurrirían al final de los tiempos. El ciclo de resurrección es la ascensión, donde la vida comienza de nuevo en un nuevo nivel de conciencia en una dimensión más alta. La ascensión no es reencarnación, ya que la reencarnación conlleva el concepto de Karma: para que haya ascensión todo el karma haber sido limpiado.

La ascensión no significa la existencia como espíritu en mundos celestiales: la ascensión es también física. El proceso cambia el cuerpo físico al unificar en un solo ser el cuerpo y el espíritu: Este ser es un ser perfecto de luz, en un cuerpo físico de luz. Esta progresión de la ascensión comenzó hace miles de años, con el éxodo de los israelitas desde Egipto. La historia de Moisés llevando a su gente fuera de la esclavitud es una metáfora de la progresión de la ascensión. La encarnación de Jesús fue el punto de partida para producir el cambio, dado que el Avatar Jesús fue capaz de tomar los "pecados" o karma de todos los humanos y transmutar esa energía en Luz.

Esta redención hizo posible un proceso de ascensión suave. Esta ascensión involucra una serie de pasos hasta que se haga posible un Ser de Luz. La redención de Cristo fue el primer paso en la progresión del Cuerpo de Luz. Este primer paso demoró cerca de dos mil años en completarse. El Cuerpo de Luz fue introducido como experimento en 1988, solo siete meses después de la Convergencia Armónica. Es un experimento pues nunca antes una ascensión había sido intentada de esta forma. Este método, que involucra un aumento gradual del Luz en los cuerpos físicos de todas las formas de vida y del planeta, y un aumento en el nivel vibratorio, NUNCA había sido intentado en ningún universo en ascensión.

La Mente Universal tiene teorías sobre cómo resultará este proceso, sin embargo en algunos resultados han diferido de lo anticipado y en estos casos se han efectuado revisiones.

Aquí se hace necesario incluir información sobre la evolución de nuestro Cuerpo de Luz. Primeramente, debemos entender este proceso a nivel personal. Este nivel se refiere a cómo el Cuerpo de Luz nos afectará física, emocional y mentalmente. Más tarde veremos sobre como afectará las estructuras de la sociedad.

Según Metatrón (*2), el aspecto más importante y emocionante del Cuerpo de Luz es que este proceso de ascensión transforma nuestra envoltura física en un vehículo apropiado para unirse completamente con nuestro Ser Superior. Esta unión es creada por una serie de descensos del Espíritu, los cuales están programados de acuerdo a la cantidad de Luz que somos capaces de mantener en nuestras células lo cual ocasiona que a mayor cantidad de Luz en nuestro cuerpo físico, menor será la densidad del cuerpo.

Hacia el final del proceso de conformación de nuestro Cuerpo de Luz, justo antes de la ascensión, nos uniremos completamente con nuestro Ser Superior. A medida que el Espíritu desciende, todas las áreas del alma y del espíritu de nuestro Cuerpo de Luz se integran a nuestro físico y cuenta con un mecanismo especial en cada capa, para atraer hacia nosotros todas las experiencias humanas que nos restan para ayudarnos a progresar (*3). Esto trae aparejado además, la conexión en cada nivel con maestros y con regalos espirituales que siempre el Dios Padre/Madre quiso darnos y que no podía porque nosotros negábamos su acceso.

Cada nivel más alto del Cuerpo de Luz, ahonda aún mucho más en los temas humanos que la capa anterior. Esto es para ayudarnos a limpiarnos mental, emocional, física, y espiritualmente. A medida que los problemas aparecen, tenemos la elección de permitir que la redención de Cristo nos los transmute (*4), o para limpiarlos usando las tecnologías de luz que han estado disponibles desde hace dos décadas en el planeta (trabajo con el cuerpo, re-nacimiento, bioenergía, etc.)

Metatrón señala que existe un espacio vacío al final de cada nivel del Cuerpo de Luz el cual llama "la muerte del ego", y puede manifestarse como una depresión, o un sentimiento de vacío. Este espacio vacío debe ser usado como una parada de descanso antes de continuar con nuestro viaje. Este vacío es un lugar energético donde no existe nada, y donde podemos reconstruirnos sobre nuevas bases antes de movernos al próximo nivel. El vacío es una cámara de integración, donde podemos descansar y formar la hermosa mariposa que seremos en la próxima etapa.

Las primeras seis capas del Cuerpo de Luz fueron estructuradas para un cambio gradual en todos los niveles, con despertares espirituales regulares acompañados con los cambios físicos, mentales y emocionales. A partir del séptimo al décimo nivel del Cuerpo de Luz, el proceso cambia y se focaliza en un área de nuestra experiencia.

Por ejemplo, en el séptimo nivel la mayoría de nosotros experimentamos el primer descenso del espíritu, y un despertar espiritual muy notable. Con el despertar puede que hayamos manifestado clarividencia, clariaudiencia, o conciencia kinestésica de la energía. Estoy hablando de este nivel en pasado, puesto que en la actualidad el planeta está pasando al noveno nivel. El estar a un nivel vibratorio más bajo que el del planeta donde se está, es una experiencia muy dolorosa para aquellos que están bajo el octavo nivel.

Si estuviésemos en los niveles inferiores, no tendríamos interés por ejemplo, por leer sobre temas espirituales. El octavo nivel del Cuerpo de Luz produce cambios extremos en el cuerpo. Son muy comunes los síntomas similares a cuadros virales. Durante este nivel, podríamos manifestar, por ejemplo, resfríos recurrentes, dolores de cabeza (detrás de los ojos) debido a que los canales para la luz del nervio óptico se conectan, activándose la glándula pineal, dolor de oídos debido a que las estructuras de los oídos se conectan para decodificar las transmisiones de luz; o exceso de transpiración o diarrea a medida que las células de nuestro cuerpo pierden densidad.

Una razón para estos cambios es que estamos agregando una tercera banda a nuestro ADN. Para algunos, el cuerpo puede poner resistencia a la pérdida de densidad debido al descenso del espíritu, siendo un síntoma de esa resistencia el aumento de peso. Los cuerpos humanos tienen la tendencia a tratar de poner un freno al descenso, engordando para poder contener la masa espiritual que les está llegando. El ejercicio físico es la única forma de parar el aumento de peso una vez que este ha comenzado; y ejercicio duro tal como levantar pesas, ciclismo, trote, o natación. El ejercicio debe ser lo suficientemente duro para que se formen músculos. La creación de músculo protegerá tu sistema nervioso pues las energías que llegan con cada descenso son mucho más fuertes a lo que tu sistema nervioso está acostumbrado. Los tejidos adiposos no pueden proteger el sistema nervioso como lo hacen los músculos. Los tejidos adiposos "freirán" estas energías a medida que llegan, dañando los receptores de insulina de las células lo cual desequilibra el metabolismo produciendo finalmente aumento de peso. La masa de músculos formada con el ejercicio tomara las energías sobrantes del sistema nervioso, convenciendo a la conciencia del cuerpo de que es lo suficiente grande para contener el espíritu.

También podemos empezar a ver en nuestra pantalla interior, flashes de colores, ecuaciones geométricas o escuchar un zumbido. Este es el comienzo de la traducción que te permitirá convertir los códigos de luz en comprensión cognitiva (*5).

La Red de Conciencia Crística alrededor del planeta transmite constantemente mensajes a las formas de vida encarnadas en él en un lenguaje de códigos lumínicos. Esta información debe ser decodificada o convertida en pensamiento consciente para que la podamos entender y usar en nuestra vida. Estos mensajes están diseñados para entregar instrucción y para explicar lo que está ocurriendo energéticamente en las frecuencias dimensionales más altas.

Si somos sensitivos, es posible que podamos escuchar un zumbido, si lo hacemos debemos comunicárselo a nuestros guías. Ellos están tratando de ayudarnos a recibir las transmisiones de códigos de luz, pero no pueden verificar si ya los hemos recibido a menos que se lo hagamos saber. Nuestros guías tratarán de ayudarnos subiendo el volumen y la frecuencia del código de luz audible hasta que vean una respuesta nuestra. El código de luz como zumbido puede ser muy molesto e incluso, físicamente. Si estás experimentando este síntoma, pídele a tus guías que bajen el volumen y que calibren la energía para que no te irrite o debilite. Los cambios del octavo nivel pueden tomar hasta dos años en un humano. Ha tomado tres años para el planeta.

El noveno nivel es acerca de integrar en nuestra vida física los cambios espirituales desde el séptimo nivel y los cambios físicos del octavo nivel. En el noveno nivel, las relaciones son el foco, puesto que es a través de ellas ponemos a prueba los cambios que han ocurrido dentro de nosotros. Podremos sentir que cualquier relación basada en el control o manipulación se torna intolerable, por lo cual muchas relaciones terminan durante esta fase. También podremos sentir que nuestro trabajo en el mundo cambia a medida que integra nuestra nueva identidad.

El vacío del noveno Cuerpo de Luz puede ser muy doloroso, puesto que después de tanto focalizarse en relaciones, se requiere finalmente que estemos solos con nosotros mismos con nuestro Ser Interior, que es la relacion más importante que tenemos. El noveno nivel termina (y algunas veces comienza) con masivos descensos, entregándonos aún a otra relación, repitiendo el proceso hasta que finalmente “aprobemos el examen” y nos liberemos.

Al comienzo del décimo nivel la vida se siente nueva, y sentimos haber nacido nuevamente.

El décimo nivel es el comienzo del despertar espiritual que nos llevará a la maestría de las habilidades propias de los maestros y adeptos. Estas habilidades, de regalos del espíritu, se harán más fuertes a medida que nos despejamos energéticamente. En el décimo nivel, nos focalizaremos en manifestar estos regalos espirituales, para luego integrarlos en nuestra vida física diaria. Nuestro regalo espiritual más grande será el primero en manifestarse en el décimo nivel, y los regalos restantes se manifestarán después en forma gradual. Si somos clarividentes, por ejemplo, deberemos tomar decisiones de acuerdo a lo que percibimos como clarividentes, y no a través del físico. La clarividencia dominará literalmente nuestra vista física en el décimo nivel, si elegimos apoyar nuestras percepciones en el sentido físico de la vista y no en el espiritual, podríamos tropezar varias veces. Eventualmente, aprenderemos cómo procesar este tipo de visión.

El proceso de despejarse, se trata de liberarse de la energía bloqueada en el cuerpo emocional y mental, y reubicando esa energía en el cuerpo espiritual donde puede usarse, y a través de la cual se crean los milagros.

La única diferencia entre un avatar y el hombre ordinario es la ubicación de la energía dentro de los cuerpos de energía. Un hombre ordinario tiene toda su energía bloqueada en emociones y memorias guardadas en el cuerpo emocional, y en las creencias y pensamientos guardados en el cuerpo mental. El hombre ordinario tiene un cuerpo espiritual plano, debido a que no le queda energía debido a las demandas de las emociones y pensamientos. Un avatar tiene cuerpos emocionales y mentales despejados. Toda la energía dentro del cuerpo sutil de un avatar se guarda en el cuerpo espiritual. Para un maestro, la energía asociada con la emoción fluye al cuerpo emocional desde el cuerpo espiritual en el momento, y es liberada al cuerpo espiritual una vez que el estímulo emocional finaliza.

La energía asociada a un pensamiento fluye desde el cuerpo espiritual al cuerpo mental, y entonces es liberada al cuerpo espiritual una vez que el pensamiento es completado. Esto deja libre a la energía espiritual de un Avatar, para ser usada de acuerdo a su voluntad, dado que no es consumida por pensamientos, creencias, emociones y memorias. Esta es la estructura energética que todos nosotros debemos crear en nuestros cuerpos de energía durante los décimos y undécimos niveles del Cuerpo de Luz. Esto nos permitirá hacer milagros tales como manifestar el pensamiento en realidad física.

El undécimo nivel del Cuerpo de Luz es una progresión natural desde el décimo, y muchas veces esta transición es tan fácil, que ni se nota. Las habilidades espirituales continúan creciendo y el cuerpo físico empieza a cambiar en apariencia. Nuestro cuerpo físico se hace luminoso, y se ve muy hermoso. Tendremos amigos y conocidos que nos dirán que nos vemos más jóvenes, o incluso, que hemos cambiado de una forma que no se puede definir. El undécimo nivel trae niveles más profundos de procesamiento de nuestros problemas emocionales. En este nivel debemos enfrentarnos a todas nuestras creencias y formas de pensamiento sobre la muerte y la pérdida. Podemos crear desilusión, o incluso encontrarnos creando nuestros miedos más ocultos en nuestra vida física de tal forma que al experimentarlos, los podamos limpiar. Cualquier energía guardada en el cuerpo emocional o mental después de haber completado el décimo nivel, debe ser liberada al cuerpo espiritual en el undécimo nivel. Si no resuelvemos estos problemas en el décimo nivel, los manifestaremos en nuestra vida en el undécimo nivel. Pero, realmente no tenemos que temer a nada más que al miedo mismo cuando estemos en el undécimo nivel.

El duodécimo nivel del Cuerpo de Luz es la Ascensión. Esta marcada con el movimiento del Merkabah al centro del corazón de nuestro cuerpo. La forma más fácil de definir el Merkabah, es como una bola dorada de Luz. Es nuestro vehículo de ascensión, y se produce una iniciación cuando se activa. Ese evento es el comienzo de nuestra ascensión personal al mundo de unidad de la quinta dimensión.

La ascensión puede ocurrir a nivel individual, a nivel de grupo, o puede ocurrir como una experiencia colectiva. Ascenderemos cuando estemos listos, ya sea solos, o como parte de un grupo, o como parte de un cambio planetario a venir. En todo caso no existe un solo período para la ascensión. A nivel individual hay ascensiones ocurriendo cada día.

¡Prepárate para la tuya!
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CÓMO LLEVAR LA MEDITACIÓN A LA VIDA DIARIA



Es importante llevar las actitudes de la meditación a la vida diaria. A menos que
seas un gran entusiasta de la meditación, no es corriente que se medite más de una o al
máximo dos horas diarias. ¿Qué sucede con las horas restantes? ¿Son baches
espirituales? Por desgracia mucha gente piensa así. Es frecuente oír “No puedo esperar a
terminar el trabajo y volver a mi vida espiritual”. Incluso seguidores de la vida espiritual
que llevan años en el camino crean esta polaridad entre la vida cotidiana y la vida
espiritual. Pero para llevar la vida con éxito debemos integrar, equilibrar y espiritualizar
la vida cotidiana, la actividad y la meditación.
Toda acción saludable es espiritual. Dios nos dio manos, pies, cuerpo, cerebro, con
un propósito. Si podemos ver la divinidad escondida detrás de todas las acciones
externas, viviremos en un mundo encantado y magnífico. Pero esta forma de percibir las
cosas no procede de los sentidos; sólo rompemos la limitación sensorial cuando
desarrollamos la actitud de ofrecernos internamente.

Todas las criaturas, todas las personas, toda vida, son únicamente prolongaciones
de un Creador. Obtendremos la visión real de las cosas cuando veamos unidad donde
otros ven diversidad, cuando veamos a Dios donde otros ven solamente materia.
La meditación profunda nos proporciona una conciencia expansiva; gracias a ella
podemos llevar una vida que también eleve la conciencia. El secreto es ser conscientes
de cómo las actividades diarias afectan a nuestro estado de conciencia; intercambiamos
constantemente energía con cuanto nos rodea, mejora la calidad de ese intercambio y tu
calidad de vida mejorará.
Empieza por evaluar el medio ambiente que tienes más cerca, ¿contribuye a
disminuir o a aumentar tus esfuerzos por mejorarte a ti mismo? Yogananda decía
frecuentemente: “El medio ambiente es más fuerte que el poder de la voluntad”.

Hecha un vistazo alrededor, observa el espacio en el que vives. ¿Te eleva? ¿Es
bello y limpio? Cuando el medio ambiente está desordenado crea una vibración baja.
Una vez un gran yogui, Swami Chidananda, visitó Ananda Village. Mientras caminaba
por el jardín vio una lata oxidada tirada en el suelo. “¿Para que se usa esa lata?”
Preguntó. “La usamos como regadera”. Contestaron los jardineros. “Entonces debe ser
pintada y debe de tener un sitio donde guardarse. Los objetos sucios atraen entidades
astrales bajas”.
Tu medio ambiente social es tan importante como tu ambiente físico. ¿Con qué
clase de amigos pasas la mayor del tiempo? ¿Te ayudan a elevarte o no? ¿Dónde
trabajas? ¿A dónde vas a divertirte? La mayoría de nosotros no elegiríamos tener como
amigos a ladrones, asesinos o personas con problemas mentales serios. Pero sin
pensarlo, algunas personas pueden estar con ese tipo de gente durante horas todos los
días a través de las películas en que aparecen esa clase de personajes.

Sé consciente de
lo que ves en la televisión y en el cine; lo mismo puede decirse de los libros, las revistas
y otras fuentes de diversión. Su contenido es ‘alimento’ para la mente. ¿Estás
alimentándote con cosas que te ayudan a estar sano o no? Si la respuesta es no, cambia
tus hábitos.
La música tiene una capacidad de influencia sobre nosotros muy poderosa debido a
que es vibración pura. Observa detenidamente el tipo de música que escuchas
habitualmente, debería elevar tu espíritu. Asegúrate de que no es egocéntrica o
depresiva, tanto por lo que se refiere al sonido como a la letra. Como hemos aprendido,
todo es energía, sé muy cuidadoso al elegir la calidad de energía de tu vida.
Para cambiar tu conciencia, cambia tu medio ambiente. Pasa tiempo en lugares
bonitos, en la naturaleza y especialmente pasa tiempo en compañía de gente que te
eleve. En las enseñanzas de yoga, satsang, que significa pasar tiempo en compañía de
otros seguidores de la verdad, es la segunda fuerza en poder de influencia en el camino espiritual.

La meditación en grupo es de gran ayuda, intenta buscar o formar un grupo de
personas que medite regularmente. La amistad y la ayuda de otros que llevan más
tiempo que tú meditando es una fuerza espiritual muy fuerte.
Desarrolla este sencillo hábito: Inmediatamente después de la meditación, lee
durante unos minutos un libro espiritual. Esto no solamente te ayudará a conectarte con
una conciencia santa, sino que te ayudará a crear un puente para entrar en la actividad
diaria. Antes de ir a la cama también es bueno leer algo espiritual que mantenga tu
mente elevada durante la noche.
Intenta crear un puente entre la meditación y la actividad, considera los primeros
minutos de tu actividad como una continuación de tu meditación, una especie de
meditación en movimiento. Siente que estás centrado físicamente en tu columna y que
actúas desde allí. Haz que tus movimientos sean una extensión de la paz que has
experimentado en la meditación. ¡Se alegre! Crea periodos cortos de meditación dentro
de tu vida diaria. Cada hora o cada dos horas detente unos minutos para centrarte. Si
estás con otras personas cierra los ojos como si estuvieras descansando unos minutos.

Lleva la atención al ojo espiritual, respira conscientemente unas cuantas veces subiendo
la energía por la columna y llevándola al ojo espiritual o simplemente repite Jhong-So
unas cuantas veces. Si es posible medita algún tiempo antes de la comida. Esto te
ayudará a estar conectado con tu ser interior. Hay varias prácticas que puedes utilizar para hacer que tu día te eleve.

Lecciones Ananda Online.
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