lunes, 25 de mayo de 2009

EL PAPEL DE LA ENERGIA EN LA CURACION




Todas las enfermedades pueden tratarse de dos formas, por métodos físicos y por
métodos mentales. Los métodos físicos consisten en la renovación de la fuerza vital, que
puede lograrse mediante el reforzamiento de la energía, el uso de productos químicos, el
uso de vitaminas como las contenidas en las plantas frescas y el ayuno.
El más importante de todos estos métodos físicos de curación es el reforzamiento de
la energía. La energía es la causa real de la curación de todas las enfermedades y la
auténtica fuente de energía es el Infinito. Esta energía te rodea y, según Yogananda,
puedes atraerla a tu cuerpo gracias a la voluntad. Recuerda el axioma que hemos
comentado tantas veces: “Cuanto mayor sea la voluntad, mayor será el flujo de
energía”. Recuerda también que esta “voluntad” se refiere a “buena disposición”,

“alegría”. Todo aquello que eleve tu energía, como les sucedía a las personas que
tomaban placebos, tendrá capacidad para curarte.
Una forma de llevar energía al cuerpo es decir “Sí” a la vida. Yogananda dijo algo
muy interesante: “Todas las enfermedades, incluso hablando físicamente, son causadas
por un conflicto entre las fuerzas del alma, que se mueven hacia arriba y las fuerzas de
la materia, que se mueven hacia abajo”. Así pues, si logras que toda la energía se dirija
hacia arriba conseguirás un extraordinario poder de curación. De ahí los grandes
beneficios que tiene la práctica de Kriya Yoga en la salud. El kriya yogui mueve la
energía por la columna y lleva su cuerpo a un estado de equilibrio energético. El Kriya
Yoga, al hacer posible que la energía se mueva ascendentemente, ayuda a superar los
bloqueos energéticos que fatigan nuestro cuerpo, y Yogananda dijo que el movimiento
descendente de la energía corporal es la causa metafísica de la enfermedad.
Es importante considerar el papel que juega el Karma en la enfermedad, aunque la
mayoría de las personas occidentales no lo tiene en cuenta. Si tu karma te lleva a tener
un determinado problema de salud, para superarlo o evitarlo necesitarás una energía
mayor que la correspondiente a ese problema. Tenemos que aumentar las entradas
positivas para combatir las tendencias negativas. Al hablar de los efectos del karma y en
general de curación, tenemos que conseguir un aporte de energía que equilibre el estado
negativo que supone la enfermedad.
Los medicamentos suelen actuar “suprimiendo” determinado factor y esto puede
tener consecuencias negativas para las necesidades del organismo, por eso es mejor
tratar de aumentar el pensamiento positivo. Se podría enseñar a la gente a sonreír más,
por ejemplo, pero es difícil hacerlo si no se conoce el secreto de la meditación, de la
sintonía, de elevar nuestra conciencia, etc. Y sin embargo, todos estos son aspectos
espirituales de la curación. Cuanto más vivas en Dios, cuanto más vivas en un estado de
conciencia elevado, tanto más colaborarán las cosas contigo de forma natural.
Eso no significa que todo vaya a irte bien, que una prueba de tu espiritualidad sea
que nunca estás enfermo, es más complejo que esto. Pero existe algo que puedes
comprobar, cuanto más vivas en un estado de conciencia elevado, cuanta más energía
pongas en todo, tus problemas físicos desaparecerán más fácilmente.
Por tanto, si puedes aprender a vivir feliz, a fortalecer tu aura, a vivir de forma que
los demás fortalezcan tu aura con su compañía elevada, si puedes aprender técnicas,
incluso posturas de yoga que magneticen tu aura y eleven tu energía, obtendrás grandes
beneficios.
La energía del sol
Swami Kriyananda cuenta que hace años conoció a un hombre en Méjico que seguía
las enseñanzas de Paramhansa Yogananda. En una ocasión se encontraba enfermo y su
hermano, que era médico, le diagnosticó una anemia importante, recetándole comer
carne. “No, soy vegetariano, no quiero comer carne”, le respondió. Su hermano insistió:
“Te morirás si no lo haces”. Pero no lo hizo. Su hermano le llevó a otro médico
pensando que al no tener relación con él le obedecería, pero el hombre siguió diciendo
que no comería carne. En vez de esto se sentaba frente a su ventana abierta, al sol, y se
frotaba los brazos desnudos con profunda conciencia de atraer hacia sí la energía del
sol; repetía esta operación en las distintas partes de su cuerpo. Después de seis meses
estaba totalmente bien. Fue al médico y éste le dijo satisfecho: “¡Ah, al final siguió mi
consejo!”. El hombre no respondió.

Yogananda afirma que los rayos del sol tienen un gran poder curativo.
Para él la luz del sol debería ocupar un lugar muy importante en nuestra vida, debido a
su cualidad de producir energía directa, además enseña que si deseamos utilizar esta
energía adecuadamente debemos hacerlo con voluntad y concentración. Los rayos del
sol serán cien veces más efectivos para nuestra salud si nos concentramos en ellos que si
simplemente nos tumbamos al sol y nos dormimos. Por tanto, para utilizar la energía del
sol en la curación concéntrate en atraer sus rayos hacia ti y en recibirlos con voluntad de
curarte.
La respiración
En palabras de Yogananda, quienes piensan que la vida depende sólo del desayuno,
la comida y la cena –de sólidos y líquidos- tienen una mentalidad grosera. Podemos
obtener energía tanto de los alimentos materiales como del Cosmos. Es conveniente
extraer nuestras necesidades de energía, tanto como sea posible, del aire y la luz del sol.
La nutrición obtenida de estas dos fuentes directas puede convertirse más fácilmente en
energía dentro del cuerpo que si recurrimos al alimento o las sustancias químicas.
Así pues, otra forma importante de atraer energía al cuerpo y mantenerlo sano es a
través de la respiración, si se hace conscientemente. Practicar la respiración doble de los
Ejercicios de Energetización o la respiración consciente en las posturas de yoga atraerá
mucha más energía que respirar con la mente ausente.
Todo aquello que aprendas a hacer con consciencia tendrá un enorme beneficio para
ti.
La buena disposición
Para disfrutar de buena salud aprende a decir sí a las cosas, a hacer tus obligaciones
con buena voluntad. Aquello que tengas que hacer hazlo con alegría, con buen ánimo.
En vez de decir “Tengo que hacerlo”, cumple tus obligaciones, hasta las más nimias,
con buena disposición.
Cuanto más aprendas a decir “Sí” a la vida, “Sí” a aquello que debas hacer, tanto
más comprobarás que vives siempre en un estado de elevada energía. Tu buena
disposición jugará en gran papel a la hora de mantener tu cuerpo en perfectas
condiciones de salud.


El papel de la Mente
La enfermedad no tiene sólo una raíz física, como ya dijimos al comienzo de la
lección, el cuerpo y la mente están unidos en el plano de la conciencia y ejercen efectos
directos recíprocos sobre ese “campo” unificador. El pensamiento y el comportamiento
tienen una acción causal sobre la salud. Una mente sana hace posible mantener las
actitudes de alegría, entusiasmo, buena disposición, capacidad para la risa, etc. que
llevan energía al cuerpo y la dirigen hacia arriba; las actitudes que te permiten ver las
cosas en su auténtica proporción.
Ya sabemos que los alimentos materiales proporcionan al cuerpo energía, también
debemos recordar que los buenos pensamientos son alimentos nutritivos para la mente y
que los pensamientos de cualquier otra naturaleza son venenosos para la salud del
cuerpo y la mente. Analiza tu “dieta magnética mental”, como la llama Yogananda.
Normalmente consiste en pensamientos propios y pensamientos que recibes del
contacto con los pensamientos íntimos de tus amigos.

Los pensamientos pacíficos y los amigos pacíficos producen siempre mentes
saludables, magnéticas. Es fácil ver si una persona se alimenta de un ambiente
pendenciero o pacífico. El descontento y las preocupaciones, que pueden deberse a tener
unos amigos equivocados o a no ser valorados por parte de nuestros parientes cercanos,
producen una mente insana y pesimista.
Aprende a eliminar las causas de tus preocupaciones sin permitirles inquietarte. No
alimentes tu mente con los venenos mentales creados cada día por nuevas
preocupaciones. Las preocupaciones son a menudo el resultado de intentar hacer
demasiadas cosas apresuradamente. No “engullas” tus deberes, mastícalos a fondo, uno
a uno, con los dientes de la atención y empápalos con la saliva del buen juicio. Así
evitarás la indigestión de la inquietud.
Entre los métodos de curación mental juegan un papel muy importante las
afirmaciones. Como ya se han tratado en lecciones anteriores no vamos a repetir aquí
cómo deben utilizarse, pero recuerda siempre que son una poderosa herramienta a tu
disposición.

El papel del Espíritu
Del mismo modo que necesitamos tener una mente sana, necesitamos tener una
relación correcta con nuestra alma. Se puede tener una gran fuerza de carácter, ser
amables, valientes, tener una gran cantidad de virtudes materiales, pero Yogananda
afirma que si en nuestra vida no se incluyen los valores espirituales, tarde o temprano se
presentará un obstáculo que no podremos superar. Si no llevamos nuestros valores al
plano espiritual, en cierto momento de nuestra vida las virtudes humanas no nos
bastarán, la fuerza nos abandonará a menos que tengamos fortaleza espiritual. Esta
fortaleza se adquiere a través de la meditación, de estar en sintonía con Dios.
Debemos vivir en la conciencia de nuestra naturaleza más elevada, de quiénes
somos realmente. Esto puede hacerse utilizando afirmaciones, viviendo una vida
correcta, intentando ser espirituales, pero sin la meditación, sin vivir con Dios, no podrá
lograrse. Sólo lo conseguiremos ofreciéndonos a la luz, ofreciendo a ella nuestro ego.
La única forma de superar realmente los engaños humanos, las enfermedades humanas,
es ofrecer la vida al Superconsciente, ofrecer nuestro ego al Superconsciente y esto se
realiza por medio de la meditación.
La meditación es esencial para quienes quieran superar su enfermedad espiritual, la
enfermedad de la Ignorancia, es decir, es esencial para todos nosotros. Porque hasta que
no superemos esa ignorancia, antes o después las cosas dejarán de marchar bien; tarde o
temprano sufriremos, tarde o temprano las acciones del pasado o del karma colectivo
repercutirán sobre nosotros. La vida es como un océano, con olas que suben y bajan y si
no estamos preparados, cuanto más alta sea la ola más profundo será el desnivel que
dejará al romper.

Cuando hayas aprendido a comer alimentos adecuados, a elaborar pensamientos
correctos, a llenarte de sabiduría y gozo a través de la meditación, tu cuerpo, tu mente y
tu alma se espiritualizarán y las sentirás como dinamos de energía magnética. Cuando te
comprendas como un alma, sabrás que perteneces al Espíritu que reposa en todas partes
con la misma alegría, en todo el espacio, en todas las cosas, siendo uno con todas las
cosas.

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PRINCIPIOS DE CURACION



Paramhansa Yogananda compara la vida humana a una casa provista de tres
ventanas, la del cuerpo, la de la mente y la del Alma. A través de ellas entran los rayos
de la luz perfecta de Dios.
Todas las enfermedades físicas, las inarmonías psicológicas y
las enfermedades del Alma nacidas de la ignorancia, se derivan del propio error
humano, que nos lleva a cerrar esas ventanas. Y la conclusión lógica es que si, sea
conscientemente o no, el ser humano cierra las ventanas de la vida dadoras de salud,
tiene que abrirlas de nuevo por su propio esfuerzo. La ignorancia de una ley no puede
ser una excusa para escapar a ella cuando se ha infringido.

Hay muchas formas de abrir las tres ventanas de la vida bloqueadas. Esas formas
pueden llamarse genéricamente “Curación”. Y la curación en general puede clasificarse
en Curación Física, Curación Psicológica y Curación Espiritual.
En nuestro tiempo fue Freud quien comprendió que existían no sólo enfermedades
físicas, sino también mentales. Pero actualmente todavía no se tiene conciencia de las
enfermedades espirituales. Si bien se habla de falta de paz mental, de no encontrar
sentido a la vida, de falta de dirección en la vida, etc. la mayoría de las personas no
tienen definida en su mente la enfermedad espiritual.

La enfermedad espiritual, que está en la base de todas las enfermedades y es la
verdadera causa de la enfermedad, tanto mental como física, es la ignorancia. No
sabemos encontrar solución a la enfermedad porque desconocemos su causa, sólo
somos conscientes de sus consecuencias. Tal vez creamos que la causa de determinadas
dolencias reside en un problema psicológico, pero la auténtica causa de la enfermedad
es ignorar quién somos realmente y por qué estamos aquí. Ignorar a nuestra alma,
ignorar nuestra naturaleza espiritual, es la fuente de todas las enfermedades.


La perspectiva médica
La salud es producto de un proceso de integración. Para alcanzar una buena salud
debemos desarrollarnos como un todo y no considerarnos como un cuerpo compuesto
por partes separadas con muy poca relación entre sí. El cuerpo y la mente actúan en
armonía y además debe reconocerse nuestra relación con el universo circundante.
En nuestra cultura occidental la medicina está todavía anclada en gran medida en la
visión mecanicista del mundo creada por Descartes en el siglo XVII y dotada por
Newton de una base matemática. En esta visión la naturaleza se dividía en dos reinos
separados e independientes: la mente y la materia. El universo material era una máquina
y el cuerpo humano, como parte de él, se reducía también a una máquina. Muchos
profesionales de la medicina tienden a seguir considerando el cuerpo humano como un
simple mecanismo y a tratarlo como un coche que se lleva al garaje. Se concentran en
reparar y reemplazar las partes defectuosas, pero hacen poco por fortalecer el conjunto
del sistema, dando oportunidad a las partes defectuosas de repararse por sí mismas.

Pero
el cuerpo humano es mucho más complejo y sutil que el motor de un automóvil. Somos
seres en los que la mente, la materia y el espíritu forman un todo. Existe una
inteligencia, una conciencia que trabaja en nuestro cuerpo. Los rishis de la India
reconocieron hace miles de años que el componente fundamental de la existencia no es
la materia. No es tampoco la energía atrapada en esa materia, es la inteligencia infinita.
Esta inteligencia está más allá de la comprensión sensorial directa y de la ciencia
objetiva; existe en el plano de la conciencia.

En la lección dedica al origen del yoga hablamos de los Yugas, pues bien, desde el
siglo XX, pasada una etapa de transición, hemos entrado plenamente en la era de
Dwapara (Dwapara Yuga), la era de la energía. Quizá fue la ciencia física la primera en
acusar la nueva conciencia de esta era. Desde comienzos del siglo XX la Física ya no
concibe el universo como una máquina. El tiempo y el espacio han dejado de ser
absolutos. Cuando observamos las partículas subatómicas no vemos ningún tipo de
sustancia material, sino patrones dinámicos que se transforman continuamente unos en
otros.

La revolución iniciada por la Física está transformando la visión del mundo y los
valores en todos los campos científicos. Esta nueva percepción comienza a afectar
también a la Medicina. La Medicina tradicional está cambiando. No será raro que dentro
de unos 100 años ya no se utilicen medicamentos, sino que se trabaje con energía.
Además empiezan a conocerse los ritmos del cuerpo y a tratarse el cuerpo por medios
más sutiles.

Esto es básico para la curación, no existe un sistema terapéutico o unos
medicamentos que actúen de la misma forma para todos. Las personas responden de
forma distinta a un mismo tratamiento y esto se debe en parte a sus expectativas; la
esperanza de curarse juega un papel muy importante en la curación, como se ha
comprobado utilizando placebos con grupos de personas que creían estar tomando un
medicamento. Por ejemplo, un estado de alegría, de felicidad, puede llevarte a curarte
de enfermedades que los médicos no logran dominar. Hablamos de esperanza, de
felicidad, es decir, hablamos de energía y sobre todo hablamos de conciencia.
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martes, 19 de mayo de 2009

ALIMENTACION EN YOGA



Sri Yukteswar indica que para conocer cuál es nuestra alimentación natural es
necesario tener en cuenta la forma de los órganos que ayudan a la digestión y nutrición:
los dientes y el conducto digestivo.
La dentadura:

- En los carnívoros los incisivos están poco desarrollados, los caninos son largos y
puntiagudos y los molares también puntiagudos. Está adaptada para comer carne.
- En los herbívoros los incisivos están muy desarrollados, los caninos reducidos
(excepto en los elefantes que los utilizan como un órgano de defensa) y los molares
tienen una gran superficie. Está adaptada para consumir hierba.
- En los omnívoros, como los osos, los incisivos se parecen a los de los herbívoros, los
caninos a los de los carnívoros y los molares anchos y puntiagudos para cumplir su
doble propósito.
- En los frugívoros toda la dentadura tiene la misma altura y está adaptada para el
consumo de frutas y granos.

La dentadura del hombre no se asemeja a la de los carnívoros ni a la de los
herbívoros ni omnívoros y coincide con la de los frugívoros.
Conducto digestivo:
El estudio comparativo de la relación de la longitud del intestino respecto a la
longitud del cuerpo (considerando la longitud del cuerpo como la longitud desde la boca
al ano) apoya una vez más que el hombre es un animal frugívoro.
- En los carnívoros el intestino mide de 3 a 5 veces la longitud del cuerpo.
- En los herbívoros el intestino mide de 20 a 28 veces la longitud del cuerpo.
- En los frugívoros el intestino mide de 10 a 12 veces la longitud del cuerpo.
De las observaciones anteriores se puede inferir que el hombre estaba destinado
originalmente a ser un animal frugívoro y que su dieta natural incluye el consumo de
frutas, verduras, cereales, semillas y raíces comestibles y como bebidas la leche y el
agua pura. Estos alimentos se asimilan fácilmente. Los alimentos que no son naturales
para el hombre no se asimilan adecuadamente, se acumulan en los órganos y al no poder
ser eliminados causan enfermedades tanto físicas como mentales y conducen a la muerte
prematura.
En el hinduismo las gradaciones entre la unidad divina y la engañosa desunión,
entre el sentido de unión con Dios y de separación de Él, reciben el nombre de gunas
(cualidades) que son tres: sattwa (elevadora o espiritualizadora), rajas (activante o
energetizante) y tamas (oscurecedora, embrutecedora, que produce apatía).

Todo el
universo es una mezcla de esas tres gunas; estas tres cualidades son inherentes a todo lo
creado. La cualidad tamásica representa el apartarse del Espíritu. La cualidad satvásica representa el deseo divino de todos los seres por alcanzar la unión con Dios, la única
Fuente de vida.
Según los yoguis, todos los alimentos ejercen alguna influencia sobre la naturaleza
mental y espiritual del hombre, además de sobre su organismo. Se afirma que la fruta es
la comida más espiritualizante o sátvica. Otros alimentos, como por ejemplo la carne o
los cereales, tienen un efecto activador o rajásico en el interior del hombre. Los
alimentos desvitalizados o de sabor fuerte, como la carne seca o el rábano picante,
tienen un efecto embrutecedor o tamásico.

De todos los alimentos materiales, la fruta es la que manifiesta una sattwa guna en
su forma más pura. Según Yogananda, se pueden desarrollar cualidades espirituales
específicas según el tipo de fruta que se coma. Los plátanos conllevan vibraciones de
humildad; las peras, de paz; la uva, de devoción (transformándose en lujuria cuando
fermenta convirtiéndose en vino); las cerezas, de alegría verdadera. Para el hombre
existe algo instintivamente atractivo en la fruta, especialmente cuando su paladar no ha
abusado durante años de una mala alimentación. Es natural en el hombre, el más
espiritualmente avanzado de todos los animales, el verse atraído instintivamente hacia
esos alimentos que mejor se adaptan al desarrollo de su sensibilidad espiritual.

El hombre es el único animal con la libertad mental de desarrollar su paladar más
allá de su propio patrón instintivo natural. De hecho hay humanos que disfrutan
comiendo, por ejemplo, carne cruda. Pero la inclinación normal del hombre es la de
ocultar los mataderos detrás de altos muros, donde no pueda ver u oír sacrificar a los
animales. El sólo pensamiento de matar es ofensivo para su sensible naturaleza. Cuando
compra carne, generalmente la disfraza cocinándola. Se refiere a ella eufemísticamente
con términos como filete, chuleta, costilla, etc. En la publicidad nunca se presentan
fotos de reses sangrantes para atraer la atención del consumidor. Sin embargo sí es muy
fácil ver fotos de recipientes con fruta.

De la misma forma que los yoguis defienden un enfoque natural para mantener una
alimentación y vida correctas, también sostienen que el cuerpo, después de años de
hábitos incorrectos, tendrá más dificultades para adaptarse de forma rápida a una dieta
sana. El doctor Lewis, primer discípulo de Paramhansa Yogananda en Norteamérica,
dejó de comer carne en cuanto encontró al Maestro. Después de un tiempo comenzó a
sentir misteriosos achaques y dolores. Visitó a diferentes doctores, que fueron incapaces
de emitir un diagnóstico. Al final preguntó al Maestro qué podría estar sucediéndole.
Éste le respondió: "Tu cuerpo ha estado acostumbrado a comer carne. Las células la
piden a gritos como consecuencia del hábito. Come un poco de carne una vez por
semana y los dolores desaparecerán". El doctor Lewis siguió el consejo del Maestro y
casi de forma inmediata se curó. Unos años más tarde consiguió dejar de comer carne
por completo.

Si tienes que comer carne, intenta evitar de forma estricta la carne de vaca y de
cerdo. Según Paramhansa Yogananda la carne de cerdo es una carne impura debido a
sus hábitos alimenticios. En cuanto a la carne de vaca, Yogananda dijo que él había
visto a los carniceros de algunos mataderos de EEUU retirar con palas los cánceres de
las reses recién sacrificadas. Es un hecho interesante que el cáncer es mucho más
frecuente en Occidente, donde el consumo de vacuno está ampliamente difundido, que
en la India, donde el hindú medio ni siquiera la tocaría. Yogananda dijo que el consumo
de carne de vaca es una de las principales causas de la aparición del cáncer. Si tienes
que comer carne, cómela con menos frecuencia y a ser posible come sólo pescado, ave y
un poco de cordero de vez en cuando.

Como ya indicamos al principio de la lección, el consumo de proteínas debe ser
bajo en los adultos, procurando que sean de buena calidad y combinadas para aumentar
su valor biológico. En la civilización actual el consumo de proteína es excesivo, pues se
toman alimentos como la carne, el pescado, los huevos, etc. en cantidades muy por
encima de los límites de las necesidades diarias.
Hay otros alimentos, aparte de la carne, con un alto contenido en proteína: las
leguminosas, los frutos secos, los aguacates y las coles son valiosas fuentes de
proteínas. Según los yoguis, el queso (especialmente el queso fresco), la leche y los
productos lácteos no sólo son admisibles, sino recomendables en la dieta humana. A
pesar de que generalmente los yoguis no recomiendan el consumo de huevos,
Yogananda permitía su consumo y lo hacía posiblemente porque las enseñanzas de
Oriente requieren cierta adaptación al mundo occidental.

La comida es algo más que un surtido de sustancias químicas. Es,
fundamentalmente, vibración. Y como tal, afecta a nuestra conciencia. Los animales,
debido a su desarrollado sistema nervioso (más desarrollado que el de los vegetales),
sienten una angustia, irritación y miedo terribles cuando son sacrificados. Estas
emociones no sólo llenan sus cuerpos de toxinas sino que los impregnan de vibraciones
agresivas. La gente que come esta carne se lleva consigo las toxinas y parte de estas
emociones. No es casualidad que las naciones más guerreras y agresivas sean grandes
consumidoras de carne, o que las más pacíficas tiendan a ser vegetarianas. Es
importante que la persona que se introduce en el yoga abandonen aquellos alimentos
que, por su naturaleza, obstruyen cualquier esfuerzo por lograr la paz y la armonía
interiores. Para el yogui la dieta basada en fruta y verdura es básica sobre todo por sus
efectos calmantes en la mente y el sistema nervioso.

Es necesario tomar alimentos frescos para devolver al cuerpo a su estado natural.
Los yoguis subrayan la importancia de los alimentos que refrescan el organismo. Una
mala alimentación, afirman, calienta el organismo al introducir impurezas en su interior,
bloqueando el flujo normal de prana en el cuerpo. Las comidas demasiado cocidas,
excesivamente especiadas, las bebidas alcohólicas, demasiados hidratos de carbono, los
estimulantes artificiales y los alimentos rancios o desvitalizados, son innaturales para el
cuerpo, concediéndole aparentemente un efecto de calor. Las frutas frescas, los frutos
secos, las verduras frescas o ligeramente cocinadas, la leche y los productos lácteos
frescos, así como los cereales integrales, se dice que tienen efecto refrescante sobre el
sistema nervioso.

Las enseñanzas de yoga ponen más énfasis en una dieta armoniosa que en una
estimulante. Si se permite al Ser interior manifestarse a través de un sistema nervioso
tranquilo y relajado, podrá llenar el cuerpo de energía y fuerza. Los estímulos externos
impiden la expresión armónica del interior. Los estimulantes dietéticos son por tanto
autodestructivos. La gente que toma demasiado café si algo nota es que su suministro de
energía natural disminuye. Cada vez necesita más café para conseguir levantar el ánimo.
Lo mismo puede decirse del té, el tabaco y otros estimulantes.

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martes, 12 de mayo de 2009

LA LEY DEL KARMA



El término Karma procede de la raíz sánscrita kri, hacer, y se refiere a los efectos
de las acciones realizadas en el pasado, ya sea en esta vida o en vidas anteriores. Así
como en la naturaleza existe el principio de causa y efecto y en física el principio de
acción y reacción, en el orden natural al cual pertenecen los seres humanos también
existen estos principios y se conocen como la ley del Karma.
La ley del Karma puede resumirse en el siguiente axioma: lo que siembres
cosecharás. Si siembras maldad, cosecharás maldad en forma de sufrimiento. Si
siembras bondad cosecharás bondad en forma de alegría interior.
En física la ley de acción y reacción establece que cada acción genera su equitativa
reacción opuesta. La ley del Karma, como la ley física, es una ley exacta, cada una de
nuestras acciones genera una reacción acorde con ella. Como consecuencia, el ser
humano se convierte en el arquitecto de su propio destino; son sus propios pensamientos
y acciones los que crean las condiciones de su vida.
Para comprender el karma debes entender que la materia responde al poder del
pensamiento, ya que la fuerza de voluntad dirige la energía y ésta a su vez actúa sobre la
materia. Como ya sabes de lecciones anteriores, cuanto mayor sea la voluntad que
pongas en tus actos, mayor será la energía que fluya por ellos y en consecuencia mayor
será su impacto sobre los sucesos materiales. De este modo los seres humanos moldean
su destino según utilicen su fuerza de voluntad, porque ninguna acción es un
acontecimiento aislado; toda acción produce en el universo una reacción que
corresponde exactamente al tipo y a la energía que hay en la acción.
Entender el Karma como una ley de justicia nos ayuda a liberarnos del
resentimiento contra Dios o contra los demás. Cada persona es responsable de su propio
karma, que lleva consigo encarnación tras encarnación hasta que satisface su deuda y se
libera. La fuerza que vincula la acción humana con la reacción cósmica es la conciencia
del ego, que asegura que las acciones de una persona tengan consecuencias personales
para ella.

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QUE ES MAYA?



La palabra sánscrita Maya significa “medidor"; es el poder mágico existente en la
creación mediante el cual lo inmensurable e indivisible parece tener divisiones y
limitaciones. Maya quiere decir relatividad, contraste, dualidad, estados opuestos; es el
“Satanás” de los profetas del Antiguo Testamento y el “demonio” que Cristo describió
como “mentiroso”.
En el plan de Dios la única función de Maya o Satanás es el tratar de alejar al
hombre del Espíritu y de la Realidad, empujándole hacia la materia y la irrealidad. Esta
fuerza crea la ignorancia que ciega a los seres humanos, de modo que no captan las
consecuencias de sus actos, y les impulsa a cometer errores que acarrean sufrimiento.

El pecado es el error que procede de la ignorancia. La ignorancia es no ser
consciente de las realidades del alma y sustituir estas realidades por el sueño ilusorio.
Cada hombre debe levantar este velo de Maya para ver, tras él, al Creador: el ser
Inmutable, la Realidad eterna.
Las escrituras hindúes relatan una historia que describe alegóricamente a maya, la
naturaleza ilusoria de la existencia humana:

El sabio Narada, tras muchos años de meditación, fue bendecido con la visión de
Dios con forma humana como Vishnu, preservador del universo. Vishnu le dijo:
"Narada, pídeme el favor que desees". Narada le contestó: "Señor, ahora que veo con
claridad que eres la única realidad del universo, ayúdame a comprender a Maya, ese
poder de la ilusión que mantiene a la humanidad vagando en la ignorancia espiritual
durante incontables encarnaciones".

Vishnu le pidió a Narada que lo acompañara a un viaje por el desierto. Después de
haber recorrido cierta distancia, Vishnu dijo:
- Narada, estoy sediento. ¿Puedes conseguirme un poco de agua?
- Espera un momento señor, te traeré agua.
Narada partió.
A muy poca distancia había un poblado. Narada entró en él en busca de agua y
llamó a una puerta, le abrió una joven muy hermosa. Narada se olvidó de que su
Maestro estaba esperando el agua. Se olvidó de todo y empezó a hablar con la joven. De
la conversación surgió el amor. Pidió la mano de la joven a su padre, se casaron y
tuvieron tres hijos. Así pasaron doce años. Su suegro murió y Narada heredó la
propiedad. Vivía, eso creía él, una vida muy feliz con su esposa e hijos, sus campos y su
hacienda.

Una noche hubo una terrible tormenta y el río se desbordó. Su hogar y sus
pertenencias fueron destruidas por la inundación. Al ver que las aguas continuaban
subiendo decidieron buscar un lugar más elevado y seguro. Tenían que vadear un
impetuoso torrente y Narada tomó de una mano a su mujer y de la otra a dos de sus
hijos, mientras puso al tercer niño sobre los hombros. Tras unos cuantos pasos la
corriente se hizo tan fuerte que el niño que estaba sobre sus hombros cayó y fue
arrastrado por el agua. Un grito de desesperación brotó de Narada. Tratando de salvar al
niño se le soltaron los otros dos y por último su esposa, a la que sostenía con toda su
alma, también fue arrastrada por la corriente.

Narada, perdiendo el valor, dejó que las aguas lo arrastraran. Hundiéndose en la
violenta corriente perdió el conocimiento y fue arrojado sobre un lodazal.
Cuando despertó, al mirar a su alrededor empezó a llorar silenciosamente.
En ese momento se escuchó detrás de él una suave voz:
- Narada, ¿dónde está el agua? Te marchaste a buscarla hace ya media hora y ahora
te encuentro durmiendo en la arena.
- ¡Media hora! -exclamó Narada.
En su mente habían pasado doce años, y en realidad todas estas escenas ¡habían
sucedido en media hora!
Esto es maya.

Mientras el hombre se identifique con su cuerpo físico y no con su verdadero Ser,
seguirá padeciendo sufrimientos, ya que los deseos de su corazón quedarán siempre
insatisfechos. Para satisfacerlos tendrá que volver de nuevo a la vida en carne y hueso, y
bajo la influencia de Maya será de nuevo víctima del sufrimiento causado por todos los
problemas de la vida y de la muerte.

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sábado, 9 de mayo de 2009

ASPECTOS PSICOLOGICOS DE LOS CHAKRAS



Cada chakra está
ligado a distintos aspectos psicológicos que se manifiestan en nuestra personalidad y
a las actitudes, tanto positivas como negativas, que se relacionan con ellos. Esto se debe
a que,los vórtices de
energía que se asientan en la columna astral son una extensión del subconsciente.

Nuestras actitudes son tendencias mentales que se han creado como consecuencia de
pensar y actuar de determinada manera durante periodos de tiempo muy largos
(probablemente durante muchas vidas). Como resultado de esta repetición, dichos
pensamientos y tendencias se han grabado en nuestra columna profunda, quedando
fijados en forma de patrones de comportamiento.

¿Cómo podemos cambiar hábitos tan
profundamente arraigados? Tenemos dos formas de hacerlo que son complementarias:
Conscientemente, utilizando nuestra fuerza de voluntad y Superconscientemente
utilizando la energía que discurre por nuestros canales sutiles.
Estamos acostumbrados a hablar de nuestras actitudes como positivas o negativas, y
así las clasificamos dos párrafos más arriba, pero ahora que conocemos su origen
deberíamos empezar a pensar en ellas como direcciones de nuestra energía. Cuando la
energía discurre a través de los chakras dirigiéndose hacia nuestro interior y hacia el
cerebro, caminamos hacia nuestra realidad más elevada. Cuando su flujo toma una
dirección errónea dirigiéndose hacia fuera de los chakras y hacia abajo, nos alejamos de
nuestra auténtica naturaleza.

Así pues trabajar con los chakras y con las actitudes ligadas a ellos no es sólo la
aproximación a nuestro cuerpo astral más práctica y aplicable a nuestras vidas diarias,
sino uno de los medios más potentes de progresar espiritualmente y conseguir que las
enseñanzas espirituales se hagan realidad en nuestra vida.
Éstas son las actitudes ligadas a cada chakra con las que puedes trabajar para
avanzar en tu viaje espiritual.

Muladhara chakra. A medida que la energía es atraída hacia su interior
desarrollamos las cualidades positivas de firmeza, lealtad, valor. Si la energía se dirige
hacia fuera del chakra aparecen las cualidades negativas ligadas a él: obstinación,
bajeza.

Swadisthana chakra. Cuando la energía toma la dirección correcta en el centro
sacral desarrollamos las actitudes de flexibilidad, apertura, de ser voluntariosos. Si la
energía se orienta de forma incorrecta aparecen en nosotros las actitudes erróneas de
falta de base, falta de personalidad.

Manipura chakra. Cuando la energía discurre a través de este chakra hacia el ojo
espiritual se adquiere un fuerte y dinámico auto-control, así como la cualidad de sentir
entusiasmo por la vida. Si la energía no circula por este chakra o se dirige hacia abajo,
se manifiestan las actitudes de abuso de poder y crueldad.

Anahata chakra. Si la energía se interioriza en el centro dorsal y se dirige hacia
arriba se desarrollan las cualidades de amor y compasión, así como el sentimiento de
devoción. Si la energía no está interiorizada en el chakra o se dirige hacia fuera se
manifiestan las actitudes de apego, emotividad perjudicial y la tendencia a sufrir
emociones fuera de control.

Vishudha chakra. Las actitudes beneficiosas ligadas al chakra cervical son calma
profunda, expansión y capacidad de permanecer en silencio. Las actitudes no deseables
unidas a él son inquietud, volubilidad, tendencia al aburrimiento y a estar ausente.

Ajna chakra-bulbo raquídeo Puesto que el bulbo raquídeo, o médula oblongata, es
el centro del ego, un fuerte movimiento energético positivo en ese centro desarrolla la
cualidad de auto-ofrecimiento y las actitudes de servicio desinteresado y entrega a la
divinidad. Un movimiento energético descendente acarrea las actitudes de
egocentrismo, orgullo, vanidad, y sentimiento de “Yo, Mi, Mío”.

Ajna chakra-ojo espiritual Cuando la energía asciende y pasa a través de este
centro adquirimos las cualidades de sintonía, alegría radiante y la capacidad de
orientarnos hacia la solución de los problemas. Un movimiento descendente de la
energía en el ojo espiritual trae como consecuencia las actitudes de ser excesivamente
intelectuales, fríamente racionales y utilizar de forma equivocada la voluntad.
Sahasrara Las actitudes unidas a la liberación que se produce cuando la energía
alcanza el “loto de los mil pétalos”, al Samadhi, se relacionan con la capacidad de ir
más allá de la dualidad; son las cualidades de armonía, libertad, omnipresencia,
omnisciencia, gozo infinito. Una vez que la energía ha alcanzado este punto ya no se
manifiestan cualidades negativas, no existen actitudes erróneas ligadas a él.
Esforzarnos por cambiar nuestras actitudes es una de las formas más importantes de
trabajar con los chakras. ¡Cambia tus actitudes y cambiarás tu vida!

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LOS ASPECTOS ESPIRITUALES DE LOS CHAKRAS



Como apuntamos en la lección anterior al hablar del cuerpo astral, el sistema de los
chakras organiza todo el sendero espiritual y nos proporciona un mapa de cómo salir de
la ilusión y llegar a la com-
prensión de Dios. Los tres
chakras inferiores se relacionan
más estrictamente con la
conciencia mundana; los tres
superiores con la conciencia
espiritual. Para espiritualizar
nuestra conciencia debemos
intentar centrar nuestra energía
cada vez más en los tres
chakras superiores, así creare-
mos un magnetismo que atraerá
la energía de los chakras
inferiores hacia arriba. De
todas formas también los
chakras inferiores tienen
aspectos espirituales y para
avanzar hacia nuestra meta
debemos conseguir que toda
nuestra energía se interiorice en
cada uno de los chakras, pase a
través de ellos y llegue al
cerebro. Como hemos dicho,
cada uno de ellos es una etapa
de nuestro peregrinaje interior;
estas etapas, como verás a
continuación, se relacionan con los pasos del sendero espiritual recogidos por Patanjali
en su Ashtanga Yoga.

Cuanta más energía consigamos concentrar en el centro coccígeo, Muladhara
chakra, más se desarrollará nuestro poder para seguir, tanto interior como
exteriormente, las reglas de Yama (control) y más manifestaremos los frutos positivos
de cada uno de los cinco yamas que se estudiaron en la lección dedicada a este tema.

Cuanta más energía se retire hacia el interior del centro sacral, Swadisthana chakra,
más se desarrollará nuestro poder para seguir los principios de Niyama, los “síes” del
sendero espiritual y obtendremos sus recompensas.

Cuando la energía comienza a ser retirada en el centro lumbar, Manipura chakra se
desarrolla la capacidad de Asana, de permanecer firme y relajado/a en una misma
postura durante un tiempo prolongado.

Al retirar la energía en el cuarto chakra, Anahata chakra, el centro dorsal, se
adquiere dominio sobre Pranayama, el control de la energía.

Cuando la energía es atraída al interior del quinto chakra, Vishudha chakra o centro
cervical, comenzamos a entrar en la etapa de Pratyahara, interiorización.

Cuando se retira la energía en el bulbo raquídeo, el polo negativo del sexto chakra,
Ajna chakra, comenzamos a adentrarnos en el estado de Dharana, concentración.
Al interiorizar la energía en el ojo espiritual, el polo positivo del sexto chakra,
Ajna chakra, se llega a la etapa de Dhyana, absorción, el auténtico estado meditativo.
Los aspectos espirituales asociados con este chakra son la Iluminación y el gozo divino.
Como dijimos unos párrafos más arriba, cuando en su ascensión interior la energía
se concentra en el polo positivo del sexto chakra, el “centro de la conciencia Crística” y
se produce allí un fuerte movimiento energético que expande y despierta el chakra, esta
energía se eleva de forma automática hasta el séptimo chakra, Sahasrara y el alma
alcanza su Liberación.
En la consideración de estos aspectos espirituales y nuestro viaje interior, hay que
tener en cuenta que el progreso espiritual no es algo tan preciso y concreto como el A-
B-C. Hay una dirección general de desarrollo, pero el avance no es estricto ni total en
todos los frentes. Podemos alcanzar las distintas etapas en diferentes tiempos, además
haber alcanzado una etapa no significa haber superado por completo las anteriores.
Algunas personas, en cuanto sienten una pequeña energía en un chakra determinado o
un atisbo de las cualidades ligadas al chakra, creen que ya lo han despertado y están
preparadas para pasar a la siguiente etapa de desarrollo. Las cosas no son tan sencillas.
Con frecuencia grandes logros en ciertos sectores del combate espiritual están
acompañados por resultados desalentadores en los demás frentes. Incluso yoguis
altamente avanzados pueden arrastrar todavía las debilidades del orgullo, los celos o la
intolerancia.

No puede decirse que un centro espinal se ha despertado hasta que Kundalini no
haya pasado por él con todo su poder.
Tal como se señala en la figura que acompaña este apartado, los chakras se
corresponden con los llamados “elementos” básicos de la materia: tierra, agua, fuego,
aire y éter. Estos elementos no se relacionan con los elementos químicos, sino que
simbolizan las etapas elementales de la creación, desde la energía cósmica (éter) hasta la
manifestación material (tierra). En este sentido simbolizan también las etapas del
desarrollo espiritual y el camino que tiene que seguir el alma para volver a su origen en
el Espíritu, desde la conciencia más burda, material (tierra) que corresponde al primer
chakra, hasta la más espiritual o sutil (éter) que corresponde al centro cervical. A los
centros superiores corresponde el elemento más sutil que el éter, llamado en yoga
superéter.

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LOS CHAKRAS



¿Qué son los chakras? Chakra es un término sánscrito que significa rueda. Pero no
una rueda estática o parada, sino una rueda que gira, da vueltas como una rueca o la
rueda de una noria. También pueden describirse los chakras como remolinos, vórtices.
Un chakra es un remolino de vibración y luz, es energía en rotación.
En la lección anterior hablamos de cómo la conciencia se eleva cuando la energía
sube por la columna. Pues bien, en este camino ascendente existen diversas etapas,
puntos en los cuales el viajero que recorre su sendero espiritual adquiere nuevas
percepciones. Por ejemplo, cuando la Kundalini, en su viaje hacia el cerebro llega a la
zona del corazón, se siente un gran amor hacia lo Divino. E incluso antes de que la
Kundalini llegue allí, un movimiento de energía en esa zona proporciona cierto
sentimiento de amor. Las etapas del viaje espiritual son los chakras.
Estos vórtices, estos centros de energía, se sitúan en la columna profunda, en el
sushumna, en los puntos en que las corrientes de energía secundarias se unen a la
corriente ascendente principal.


Situación de los chakras en relación con el cuerpo físico
“El ser humano común rara vez, o nunca, se da cuenta de que su cuerpo es un reino
regido por el Emperador Alma, cuyo trono se sitúa en el cerebro, y asistido por
regentes auxiliares que moran en los seis centros, o esferas de conciencia, de la
columna”
“Autobiografía de un yogui”. Paramhansa Yogananda

En nuestro cuerpo físico, a lo largo de la médula espinal existen varios ganglios o
centros nerviosos que recogen información de todo el sistema nervioso del cuerpo. Los
mensajes que llegan a estos ganglios o plexos nerviosos es clasificada y enviada desde
allí a cada una de las partes del cuerpo que lo requiere. Por ejemplo, si necesitas
levantar un peso, tu cerebro envía esta información, a través de la médula espinal, al
ganglio situado en el centro del pecho, junto al corazón. Desde esta “estación
clasificadora” se envían impulsos nerviosos, a través del sistema nervioso periférico, a
los músculos de tu brazo y mano para que se contraigan y levanten el peso.

Pues bien, cada uno de los ganglios principales de la médula espinal se corresponde
con un chakra. Esto no es extraño, pues los cuerpos causal y astral preceden y son
responsables de que aparezca el cuerpo físico, que, como explicamos en la lección
anterior, es una simple proyección material de esos dos cuerpos sutiles.
A lo largo del sushumna existen seis chakras principales, el séptimo chakra se sitúa
en el cerebro.

1. Muladhara chakra o centro coccígeo- Se sitúa en el coccix, en la base de la
columna. Este centro gobierna los pies y las piernas, el recto y el ano. Por tanto
controla las funciones de caminar, correr y la excreción.

2. Swadisthana chakra o centro sacral- Está situado delante del sacro, unos 4cm.
por encima del primer chakra. Controla el sistema reproductivo.

3. Manipura chakra o centro lumbar- Se sitúa a la altura del ombligo, por detrás
de él. Controla los órganos de la digestión y la asimilación (estómago, intestinos,
etc.)

4. Anahata chakra o centro dorsal- Se sitúa en el centro del pecho, junto al
corazón físico. Gobierna el corazón, los pulmones, el diafragma, los brazos y las
manos. Por tanto tiene bajo su control las funciones de la circulación,
respiración y la destreza manual.

5. Vishudha chakra o centro cervical- Se sitúa en la garganta. Gobierna el cuello,
la garganta y las cuerdas vocales. Controla la deglución, la capacidad del
expresión intelectual y de comunicación de ideas abstractas tanto de forma oral
como escrita y es un puente entre el cerebro y el resto del cuerpo.

6. Ajna chakra - Este chakra tiene dos polos.
El polo negativo es el bulbo raquídeo o médula oblongata- Se sitúa en la base
del cráneo y regula la respiración. A través de él entra en nuestro cuerpo la
energía cósmica. Es también el asiento del ego.
El polo positivo es el ojo espiritual- Se sitúa en el entrecejo y controla las
funciones más elevadas del cerebro: la intuición, el idealismo, la capacidad de
abstracción y de disfrutar de la vida, etc. Es además el lugar de la Iluminación.

7. Sahasrara chakra o loto de los mil pétalos- Se sitúa en la parte superior del
cráneo. Es el asiento del alma y el centro de la Liberación. Siguiendo las
enseñanzas de Paramhansa Yogananda, en Ananda no se trabaja directamente
con este chakra. Cuando la energía asciende y se retira en el ojo espiritual y se
alcanza la Iluminación se abre automáticamente un pasaje sutil entre el sexto
chakra y la parte superior del cerebro y se alcanza el Samadhi. Hasta que esto no
sucede no existe un canal entre el sexto y el séptimo chakra e intentar llegar a
éste por otro camino sería en vano; se dice que incluso puede resultar peligroso.

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