lunes, 25 de mayo de 2009

EL PAPEL DE LA ENERGIA EN LA CURACION




Todas las enfermedades pueden tratarse de dos formas, por métodos físicos y por
métodos mentales. Los métodos físicos consisten en la renovación de la fuerza vital, que
puede lograrse mediante el reforzamiento de la energía, el uso de productos químicos, el
uso de vitaminas como las contenidas en las plantas frescas y el ayuno.
El más importante de todos estos métodos físicos de curación es el reforzamiento de
la energía. La energía es la causa real de la curación de todas las enfermedades y la
auténtica fuente de energía es el Infinito. Esta energía te rodea y, según Yogananda,
puedes atraerla a tu cuerpo gracias a la voluntad. Recuerda el axioma que hemos
comentado tantas veces: “Cuanto mayor sea la voluntad, mayor será el flujo de
energía”. Recuerda también que esta “voluntad” se refiere a “buena disposición”,

“alegría”. Todo aquello que eleve tu energía, como les sucedía a las personas que
tomaban placebos, tendrá capacidad para curarte.
Una forma de llevar energía al cuerpo es decir “Sí” a la vida. Yogananda dijo algo
muy interesante: “Todas las enfermedades, incluso hablando físicamente, son causadas
por un conflicto entre las fuerzas del alma, que se mueven hacia arriba y las fuerzas de
la materia, que se mueven hacia abajo”. Así pues, si logras que toda la energía se dirija
hacia arriba conseguirás un extraordinario poder de curación. De ahí los grandes
beneficios que tiene la práctica de Kriya Yoga en la salud. El kriya yogui mueve la
energía por la columna y lleva su cuerpo a un estado de equilibrio energético. El Kriya
Yoga, al hacer posible que la energía se mueva ascendentemente, ayuda a superar los
bloqueos energéticos que fatigan nuestro cuerpo, y Yogananda dijo que el movimiento
descendente de la energía corporal es la causa metafísica de la enfermedad.
Es importante considerar el papel que juega el Karma en la enfermedad, aunque la
mayoría de las personas occidentales no lo tiene en cuenta. Si tu karma te lleva a tener
un determinado problema de salud, para superarlo o evitarlo necesitarás una energía
mayor que la correspondiente a ese problema. Tenemos que aumentar las entradas
positivas para combatir las tendencias negativas. Al hablar de los efectos del karma y en
general de curación, tenemos que conseguir un aporte de energía que equilibre el estado
negativo que supone la enfermedad.
Los medicamentos suelen actuar “suprimiendo” determinado factor y esto puede
tener consecuencias negativas para las necesidades del organismo, por eso es mejor
tratar de aumentar el pensamiento positivo. Se podría enseñar a la gente a sonreír más,
por ejemplo, pero es difícil hacerlo si no se conoce el secreto de la meditación, de la
sintonía, de elevar nuestra conciencia, etc. Y sin embargo, todos estos son aspectos
espirituales de la curación. Cuanto más vivas en Dios, cuanto más vivas en un estado de
conciencia elevado, tanto más colaborarán las cosas contigo de forma natural.
Eso no significa que todo vaya a irte bien, que una prueba de tu espiritualidad sea
que nunca estás enfermo, es más complejo que esto. Pero existe algo que puedes
comprobar, cuanto más vivas en un estado de conciencia elevado, cuanta más energía
pongas en todo, tus problemas físicos desaparecerán más fácilmente.
Por tanto, si puedes aprender a vivir feliz, a fortalecer tu aura, a vivir de forma que
los demás fortalezcan tu aura con su compañía elevada, si puedes aprender técnicas,
incluso posturas de yoga que magneticen tu aura y eleven tu energía, obtendrás grandes
beneficios.
La energía del sol
Swami Kriyananda cuenta que hace años conoció a un hombre en Méjico que seguía
las enseñanzas de Paramhansa Yogananda. En una ocasión se encontraba enfermo y su
hermano, que era médico, le diagnosticó una anemia importante, recetándole comer
carne. “No, soy vegetariano, no quiero comer carne”, le respondió. Su hermano insistió:
“Te morirás si no lo haces”. Pero no lo hizo. Su hermano le llevó a otro médico
pensando que al no tener relación con él le obedecería, pero el hombre siguió diciendo
que no comería carne. En vez de esto se sentaba frente a su ventana abierta, al sol, y se
frotaba los brazos desnudos con profunda conciencia de atraer hacia sí la energía del
sol; repetía esta operación en las distintas partes de su cuerpo. Después de seis meses
estaba totalmente bien. Fue al médico y éste le dijo satisfecho: “¡Ah, al final siguió mi
consejo!”. El hombre no respondió.

Yogananda afirma que los rayos del sol tienen un gran poder curativo.
Para él la luz del sol debería ocupar un lugar muy importante en nuestra vida, debido a
su cualidad de producir energía directa, además enseña que si deseamos utilizar esta
energía adecuadamente debemos hacerlo con voluntad y concentración. Los rayos del
sol serán cien veces más efectivos para nuestra salud si nos concentramos en ellos que si
simplemente nos tumbamos al sol y nos dormimos. Por tanto, para utilizar la energía del
sol en la curación concéntrate en atraer sus rayos hacia ti y en recibirlos con voluntad de
curarte.
La respiración
En palabras de Yogananda, quienes piensan que la vida depende sólo del desayuno,
la comida y la cena –de sólidos y líquidos- tienen una mentalidad grosera. Podemos
obtener energía tanto de los alimentos materiales como del Cosmos. Es conveniente
extraer nuestras necesidades de energía, tanto como sea posible, del aire y la luz del sol.
La nutrición obtenida de estas dos fuentes directas puede convertirse más fácilmente en
energía dentro del cuerpo que si recurrimos al alimento o las sustancias químicas.
Así pues, otra forma importante de atraer energía al cuerpo y mantenerlo sano es a
través de la respiración, si se hace conscientemente. Practicar la respiración doble de los
Ejercicios de Energetización o la respiración consciente en las posturas de yoga atraerá
mucha más energía que respirar con la mente ausente.
Todo aquello que aprendas a hacer con consciencia tendrá un enorme beneficio para
ti.
La buena disposición
Para disfrutar de buena salud aprende a decir sí a las cosas, a hacer tus obligaciones
con buena voluntad. Aquello que tengas que hacer hazlo con alegría, con buen ánimo.
En vez de decir “Tengo que hacerlo”, cumple tus obligaciones, hasta las más nimias,
con buena disposición.
Cuanto más aprendas a decir “Sí” a la vida, “Sí” a aquello que debas hacer, tanto
más comprobarás que vives siempre en un estado de elevada energía. Tu buena
disposición jugará en gran papel a la hora de mantener tu cuerpo en perfectas
condiciones de salud.


El papel de la Mente
La enfermedad no tiene sólo una raíz física, como ya dijimos al comienzo de la
lección, el cuerpo y la mente están unidos en el plano de la conciencia y ejercen efectos
directos recíprocos sobre ese “campo” unificador. El pensamiento y el comportamiento
tienen una acción causal sobre la salud. Una mente sana hace posible mantener las
actitudes de alegría, entusiasmo, buena disposición, capacidad para la risa, etc. que
llevan energía al cuerpo y la dirigen hacia arriba; las actitudes que te permiten ver las
cosas en su auténtica proporción.
Ya sabemos que los alimentos materiales proporcionan al cuerpo energía, también
debemos recordar que los buenos pensamientos son alimentos nutritivos para la mente y
que los pensamientos de cualquier otra naturaleza son venenosos para la salud del
cuerpo y la mente. Analiza tu “dieta magnética mental”, como la llama Yogananda.
Normalmente consiste en pensamientos propios y pensamientos que recibes del
contacto con los pensamientos íntimos de tus amigos.

Los pensamientos pacíficos y los amigos pacíficos producen siempre mentes
saludables, magnéticas. Es fácil ver si una persona se alimenta de un ambiente
pendenciero o pacífico. El descontento y las preocupaciones, que pueden deberse a tener
unos amigos equivocados o a no ser valorados por parte de nuestros parientes cercanos,
producen una mente insana y pesimista.
Aprende a eliminar las causas de tus preocupaciones sin permitirles inquietarte. No
alimentes tu mente con los venenos mentales creados cada día por nuevas
preocupaciones. Las preocupaciones son a menudo el resultado de intentar hacer
demasiadas cosas apresuradamente. No “engullas” tus deberes, mastícalos a fondo, uno
a uno, con los dientes de la atención y empápalos con la saliva del buen juicio. Así
evitarás la indigestión de la inquietud.
Entre los métodos de curación mental juegan un papel muy importante las
afirmaciones. Como ya se han tratado en lecciones anteriores no vamos a repetir aquí
cómo deben utilizarse, pero recuerda siempre que son una poderosa herramienta a tu
disposición.

El papel del Espíritu
Del mismo modo que necesitamos tener una mente sana, necesitamos tener una
relación correcta con nuestra alma. Se puede tener una gran fuerza de carácter, ser
amables, valientes, tener una gran cantidad de virtudes materiales, pero Yogananda
afirma que si en nuestra vida no se incluyen los valores espirituales, tarde o temprano se
presentará un obstáculo que no podremos superar. Si no llevamos nuestros valores al
plano espiritual, en cierto momento de nuestra vida las virtudes humanas no nos
bastarán, la fuerza nos abandonará a menos que tengamos fortaleza espiritual. Esta
fortaleza se adquiere a través de la meditación, de estar en sintonía con Dios.
Debemos vivir en la conciencia de nuestra naturaleza más elevada, de quiénes
somos realmente. Esto puede hacerse utilizando afirmaciones, viviendo una vida
correcta, intentando ser espirituales, pero sin la meditación, sin vivir con Dios, no podrá
lograrse. Sólo lo conseguiremos ofreciéndonos a la luz, ofreciendo a ella nuestro ego.
La única forma de superar realmente los engaños humanos, las enfermedades humanas,
es ofrecer la vida al Superconsciente, ofrecer nuestro ego al Superconsciente y esto se
realiza por medio de la meditación.
La meditación es esencial para quienes quieran superar su enfermedad espiritual, la
enfermedad de la Ignorancia, es decir, es esencial para todos nosotros. Porque hasta que
no superemos esa ignorancia, antes o después las cosas dejarán de marchar bien; tarde o
temprano sufriremos, tarde o temprano las acciones del pasado o del karma colectivo
repercutirán sobre nosotros. La vida es como un océano, con olas que suben y bajan y si
no estamos preparados, cuanto más alta sea la ola más profundo será el desnivel que
dejará al romper.

Cuando hayas aprendido a comer alimentos adecuados, a elaborar pensamientos
correctos, a llenarte de sabiduría y gozo a través de la meditación, tu cuerpo, tu mente y
tu alma se espiritualizarán y las sentirás como dinamos de energía magnética. Cuando te
comprendas como un alma, sabrás que perteneces al Espíritu que reposa en todas partes
con la misma alegría, en todo el espacio, en todas las cosas, siendo uno con todas las
cosas.

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