martes, 6 de enero de 2009

CÓMO LLEVAR LA MEDITACIÓN A LA VIDA DIARIA



Es importante llevar las actitudes de la meditación a la vida diaria. A menos que
seas un gran entusiasta de la meditación, no es corriente que se medite más de una o al
máximo dos horas diarias. ¿Qué sucede con las horas restantes? ¿Son baches
espirituales? Por desgracia mucha gente piensa así. Es frecuente oír “No puedo esperar a
terminar el trabajo y volver a mi vida espiritual”. Incluso seguidores de la vida espiritual
que llevan años en el camino crean esta polaridad entre la vida cotidiana y la vida
espiritual. Pero para llevar la vida con éxito debemos integrar, equilibrar y espiritualizar
la vida cotidiana, la actividad y la meditación.
Toda acción saludable es espiritual. Dios nos dio manos, pies, cuerpo, cerebro, con
un propósito. Si podemos ver la divinidad escondida detrás de todas las acciones
externas, viviremos en un mundo encantado y magnífico. Pero esta forma de percibir las
cosas no procede de los sentidos; sólo rompemos la limitación sensorial cuando
desarrollamos la actitud de ofrecernos internamente.

Todas las criaturas, todas las personas, toda vida, son únicamente prolongaciones
de un Creador. Obtendremos la visión real de las cosas cuando veamos unidad donde
otros ven diversidad, cuando veamos a Dios donde otros ven solamente materia.
La meditación profunda nos proporciona una conciencia expansiva; gracias a ella
podemos llevar una vida que también eleve la conciencia. El secreto es ser conscientes
de cómo las actividades diarias afectan a nuestro estado de conciencia; intercambiamos
constantemente energía con cuanto nos rodea, mejora la calidad de ese intercambio y tu
calidad de vida mejorará.
Empieza por evaluar el medio ambiente que tienes más cerca, ¿contribuye a
disminuir o a aumentar tus esfuerzos por mejorarte a ti mismo? Yogananda decía
frecuentemente: “El medio ambiente es más fuerte que el poder de la voluntad”.

Hecha un vistazo alrededor, observa el espacio en el que vives. ¿Te eleva? ¿Es
bello y limpio? Cuando el medio ambiente está desordenado crea una vibración baja.
Una vez un gran yogui, Swami Chidananda, visitó Ananda Village. Mientras caminaba
por el jardín vio una lata oxidada tirada en el suelo. “¿Para que se usa esa lata?”
Preguntó. “La usamos como regadera”. Contestaron los jardineros. “Entonces debe ser
pintada y debe de tener un sitio donde guardarse. Los objetos sucios atraen entidades
astrales bajas”.
Tu medio ambiente social es tan importante como tu ambiente físico. ¿Con qué
clase de amigos pasas la mayor del tiempo? ¿Te ayudan a elevarte o no? ¿Dónde
trabajas? ¿A dónde vas a divertirte? La mayoría de nosotros no elegiríamos tener como
amigos a ladrones, asesinos o personas con problemas mentales serios. Pero sin
pensarlo, algunas personas pueden estar con ese tipo de gente durante horas todos los
días a través de las películas en que aparecen esa clase de personajes.

Sé consciente de
lo que ves en la televisión y en el cine; lo mismo puede decirse de los libros, las revistas
y otras fuentes de diversión. Su contenido es ‘alimento’ para la mente. ¿Estás
alimentándote con cosas que te ayudan a estar sano o no? Si la respuesta es no, cambia
tus hábitos.
La música tiene una capacidad de influencia sobre nosotros muy poderosa debido a
que es vibración pura. Observa detenidamente el tipo de música que escuchas
habitualmente, debería elevar tu espíritu. Asegúrate de que no es egocéntrica o
depresiva, tanto por lo que se refiere al sonido como a la letra. Como hemos aprendido,
todo es energía, sé muy cuidadoso al elegir la calidad de energía de tu vida.
Para cambiar tu conciencia, cambia tu medio ambiente. Pasa tiempo en lugares
bonitos, en la naturaleza y especialmente pasa tiempo en compañía de gente que te
eleve. En las enseñanzas de yoga, satsang, que significa pasar tiempo en compañía de
otros seguidores de la verdad, es la segunda fuerza en poder de influencia en el camino espiritual.

La meditación en grupo es de gran ayuda, intenta buscar o formar un grupo de
personas que medite regularmente. La amistad y la ayuda de otros que llevan más
tiempo que tú meditando es una fuerza espiritual muy fuerte.
Desarrolla este sencillo hábito: Inmediatamente después de la meditación, lee
durante unos minutos un libro espiritual. Esto no solamente te ayudará a conectarte con
una conciencia santa, sino que te ayudará a crear un puente para entrar en la actividad
diaria. Antes de ir a la cama también es bueno leer algo espiritual que mantenga tu
mente elevada durante la noche.
Intenta crear un puente entre la meditación y la actividad, considera los primeros
minutos de tu actividad como una continuación de tu meditación, una especie de
meditación en movimiento. Siente que estás centrado físicamente en tu columna y que
actúas desde allí. Haz que tus movimientos sean una extensión de la paz que has
experimentado en la meditación. ¡Se alegre! Crea periodos cortos de meditación dentro
de tu vida diaria. Cada hora o cada dos horas detente unos minutos para centrarte. Si
estás con otras personas cierra los ojos como si estuvieras descansando unos minutos.

Lleva la atención al ojo espiritual, respira conscientemente unas cuantas veces subiendo
la energía por la columna y llevándola al ojo espiritual o simplemente repite Jhong-So
unas cuantas veces. Si es posible medita algún tiempo antes de la comida. Esto te
ayudará a estar conectado con tu ser interior. Hay varias prácticas que puedes utilizar para hacer que tu día te eleve.

Lecciones Ananda Online.
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