sábado, 27 de febrero de 2010

10 ERRORES METAFISICOS MAS COMUNES




Cuando comenzamos a transitar el camino espiritual, buscamos la
perfección en
nuestras vidas. Tratamos de mejorar nuestro carácter, costumbres, ideas,
alimentación, y
hasta la vida social.
A veces, hacemos sacrificios con el fin de alcanzar una vida más plena y
feliz; sin
embargo, muchas veces no llegamos al estado de éxtasis o plenitud que
anhelamos.
La decepción puede llevarnos a rechazar la disciplina que habíamos emprendido, o en el
peor de los casos, puede desmoralizarnos a tal punto de pensar que “Dios
se ha olvidado
de nosotros”. Cualquiera sea la reacción, ésta sólo nos está señalando
que hemos
cometido un error. Y un error puede ser corregido.
El Universo funciona como una gran computadora: hay que saber presionar
las teclas
adecuadas para obtener lo que se desea. Cuando no lo estamos haciendo, la
computadora se detiene, espera fría y silenciosamente la señal eléctrica
correcta. El
Universo tiene sus “teclas” y la metafísica nos enseña.
¿Cuáles son? Algunas escuelas esotéricas han tergiversado estas
enseñanzas, quizá sin
ninguna mala intención, con lo que han llevado a muchas personas a
cometer errores y a
frustrarse en sus expectativas.
Algunos de los errores más comunes son los siguientes:

*1. ENVOLVERSE EN UNA BURBUJA DE PROTECCIÓN, O EN UNA LUZ, O
EN COLOR, O EN ÁNGELES, O EN CUALQUIER OTRA FORMA QUE
PROTEJA DE LOS PELIGROS QUE EXISTEN AFUERA*
Lo único que logra este tipo de ejercicio es fomentar la idea de que
algo externo puede
tener más poder que nosotros. Nuestra mente percibe que hay algo allí
afuera que puede,
por ejemplo, lastimarnos o hacernos daño. Pero, según las enseñanzas
espirituales,
TODO ES DIOS; por lo tanto, nada puede hacernos daño.
En realidad, debería practicarse algún tipo de ejercicio de
reconocimiento de la
seguridad personal. Este ejercicio podría decir: “Vaya donde vaya, estoy
siempre a
salvo, estoy rodeado de hermanos, vivo en el mundo que Dios ha creado y
sólo veo
amor en todas partes”. En síntesis, al elegir qué ejercicio mental o
meditación hacer, se
deberá buscar aquel que nos recuerde la naturaleza divina de la vida y
no el peligro
que percibe nuestro ego.
Muchas personas creen que repitiendo ciertas afirmaciones pueden
transformar su
situación personal, lo que encierra un error. No son los pensamientos lo
que determinan
nuestra realidad sino nuestras “creencias”. Solamente los pensamientos
que hemos
internalizado y tomado como nuestra verdad son los que se manifiestan.
Dicho de otra
manera, aquello que “sentimos” internamente que es así es lo que toma
forma en el
mundo externo.
La mente humana produce un promedio de 60,000 pensamientos diarios, la
mayoría de los cuales son negativos. Las afirmaciones son necesarias
para lograr
implantar una creencia nueva en nuestra mente subconsciente y la
repetición de estas
afirmaciones es un procedimiento adecuado, pero hasta que no le
agregamos la emoción
o sensación que acompaña a esa idea, no la internalizamos como una
verdad dentro de
nosotros.
La repetición de palabras carentes de emoción no es efectiva. Por lo
tanto, si yo
repito “Vaya donde vaya, estoy siempre a salvo” pero no me siento
realmente seguro, de
nada me servirá. Es necesario seleccionar ejercicios mentales,
meditaciones o
visualizaciones que fomenten las creencias de paz, armonía y prosperidad.

*2. ENVIAR LUZ A OTROS PARA QUE MEJOREN*
Se puede enviar luz o energía a otras personas para que se curen de
cierta enfermedad,
para que mejoren su situación económica, su vida afectiva, y demás.
La mayoría de estos ejercicios se parecen más a una forma de
manipulación que a
una verdadera ayuda espiritual. Primero y principal: si se va a ayudar a
otro, hay que asegurarse de que la persona lo pida y lo necesite. Si esto no se da,
tenemos que trabajar
con lo que estamos percibiendo, porque el problema es algo personal que
nos atañe a
nosotros mismos y no a la persona que está sufriendo.
La mayoría de los problemas son sólo momentos de prueba que está viviendo un
individuo; son necesarios y muy útiles para el “despertar de su
conciencia”. Nunca
sabemos en realidad desde afuera cuán importante puede ser para cada
persona la
situación que está atravesando en determinado momento. Podemos percibir esa
situación como algo terrible, doloroso, injusto o innecesario, pero
cualquiera sea
nuestra interpretació n nunca será correcta ni completa.
El enviar la luz a la persona podría acelerar o entorpecer su ritmo
personal. Nuestra
intervención es innecesaria y, la mayoría de las veces, no es más que un
deseo egoísta
de que la persona resuelva rápido su problema porque éste nos despierta
angustia o
dolor. Personalmente, recuerdo que una vez se acercó un amigo íntimo a
decirme que
estaba muy preocupado por mi situación. Yo le respondí que su
preocupación no me
ayudaba, que si realmente quería hacer algo bueno por mí, tenía que
confiar en mí y
saber que mi Guía Interior me revelaría en el momento adecuado lo que yo
necesitaba
hacer.
En lugar de enviar luz a otros cada vez que veas una situación difícil,
comienza por
enviarte luz a ti mismo para que tu Guía Interior te haga ver la Verdad
que está
operando en dicha situación.

*3. CREER QUE VAMOS HACIA DIOS, QUE EVOLUCIONAMOS
ESPIRITUALMENTE*
No vamos hacia Dios, YA ESTAMOS EN DIOS. Todo lo que nos rodea forma
parte del
gran cuerpo universal de Dios. No evolucionamos espiritualmente. Nuestro
Espíritu es
Perfecto y Completo; no puede ni tiene que evolucionar.
En realidad, es un problema semántico, ya que la evolución espiritual no
existe. Lo que
queremos significar con eso es el despertar de nuestra Conciencia a esa
perfección y
cuanto más rápido lo hacemos, más plenos y felices vivimos.
Tal vez el error provenga de las enseñanzas religiosas que nos dicen que
Dios está “en
el cielo”, como si nosotros estuviéramos separados de El. Nosotros y el
“cielo” somos
UNO, y debemos aprender a reconocerlo y a vivenciarlo; en eso consiste
nuestra
Evolución de Conciencia o Despertar Espiritual.

*4. ANGUSTIARSE O PREOCUPARSE CUANDO HAY UN FAMILIAR
ENFERMO O ATRAVESANDO ALGÚN TIPO DE CRISIS*
En nuestra cultura está bien visto que uno se aflija o sufra a la par de
sus seres queridos;
sin embargo, eso sólo aumenta el pesar. Si interpretamos nuestro pesar
desde otro nivel,
esto significa que creemos más en el poder de la enfermedad o la crisis
que en la
solución.
Cuando uno se aflige por la enfermedad de un ser querido, agrava esa
enfermedad, le da
más fuerza y poder. La solución es hacer un esfuerzo personal y
reconocer que, más allá
de nuestro entendimiento, hay una Inteligencia Superior que está
actuando y que tiene el
poder de restaurar completamente a nuestro ser querido, si así lo desea
dicha persona.
Lo mismo ocurre con cualquier tipo de problema o crisis. Si nos
afligimos, es porque
nuestro ego ha aceptado que hay una fuerza más potente que el Poder Divino.

*5. CREER QUE UNO HA SIDO “ELEGIDO” POR DIOS*
Muchas personas que estudian en escuelas esotéricas se sienten especiales y
evolucionadas. Sienten que Dios los ha conducido al lugar adecuado para su
crecimiento y evolución; que la información que va a recibir es muy
importante y no
puede divulgarse a personas que no están tan evolucionadas, porque no
tienen la
capacidad para entenderla o para darle un buen uso.
Esta presunción se convierte en una forma de arrogancia, nada
espiritual, que nos
hace pensar que somos privilegiados, especiales, elegidos, y que los
demás están
descarriados o perdidos en la vida.
Esta forma de arrogancia también se ven en las religiones que se sienten
propietarias de
Dios. Si uno no sigue su culto, está perdido. En el Universo existe un
solo Dios y es el
mismo para Todos. Los humanos inventan diferentes maneras de rendirle
culto, crean
dogmas y doctrinas, pero, en esencia, todos adoramos al mismo Dios.
Todos somos iguales antes los ojos de Dios. Para El, nadie está más
adelante ni más
atrás. Nadie vale más ni menos. Cualquier interpretació n y clasificación
como ser
especial corresponde al terreno del ego humano y no al terreno de lo divino.

*6. SACRIFICARSE POR OTROS*
No hay nada más inútil e insatisfactorio que sacrificarse por los demás.
Las tareas que
se hagan por los demás deberán hacerse con amor o, de lo contrario,
evitarse. Todo
lo que se hace con amor es placentero; por lo tanto, no pesa ni molesta.
Por el contrario,
todo lo que se hace con sacrificio genera presión interna, rencor,
enojo, molestia y, a
veces, hasta odio.
El sacrificio por los demás está aprobado socialmente y es muy bien
visto. Uno
puede sacrificarse, por ejemplo, por los hijos, por los padres, por la
pareja, por la
profesión, por los niños desamparados, por alguien enfermo, por la
institución religiosa
a la que pertenece, por la empresa que da trabajo. La lista podría ser
interminable y no
es más que un muestrario de la acción equivocada de nuestro ego.
El sacrificio va muy de la mano con la manipulación. Por ejemplo, una
madre que ha
dejado su vida de lado por los hijos, tarde o temprano, usará su postura
como válida
para exigir algo de ellos; el novio o novia que cambia su rutina y deja
de hacer ciertas
actividades por el otro tratará después de exigir lo mismo.
La próxima vez que vayas a sacrificarte por alguien, pregúntate primero
si ese alguien te
lo pidió. La actitud de mártir no lleva hacia Dios como muchos creen,
sólo el
camino del amor. Haz las cosas con amor o no las hagas.

*7. DEPENDER DE AMULETOS, ESTAMPAS RELIGIOSAS, CRISTALES,
VELAS, IMÁGENES, O CUALQUIER OTRO TIPO DE ELEMENTO*
Es cierto que los materiales tienen su propia energía y que el contacto
con ellos (en
especial, con ciertos cristales cuarzos) produce cambios en nuestra
vibración personal y
que pueden ayudarnos en el proceso curativo. También es cierto que
algunas figuras,
imágenes y colores producen reacciones psicológicas que nos estimulan; a
veces para
bien, otras para mal.
Las estampas religiosas y otros objetos, tales como cadenas con cruces,
estrellas de
David y demás nos recuerdan nuestras posturas espirituales. El problema
es que la
mayoría de estos elementos se convierten en amuletos y les damos más
poder del que
en realidad tienen.
Hay personas que se sienten indefensas sin su cruz, la estampita de su
santo protector,
su cristal preferido o cualquier otro amuleto de su preferencia. El
amuleto pasa a ser
Dios. Vivir pendiente de un objeto es limitar la Presencia Divina a ese
objeto. Dios es
Omnipresente: está aquí, allá y en todas partes.
Lo peor sucede cuando una persona extravía su amuleto o éste se le
rompe. La mayoría
de las veces esto se interpreta como un presagio de que algo malo va a
suceder. Esta
idea es producto de creer que la persona se encuentra sin su protección
y que, en
consecuencia, las energías negativas pueden afectarla.
Vivimos en un Universo Mental. “Todo lo que Creemos se hace Realidad“.
¿Por qué
no creer entonces que el mejor amuleto con el que cuento es mi
Naturaleza Divina?
Nadie ni nada puede despojarnos de lo que somos realmente.

*8. CREER QUE UNO PUEDE GUIAR A OTROS O QUE PUEDE SER GUIADO*
Sentir que gracias a uno otras personas se iluminan o, al revés, que la
presencia de otros
nos devuelve la luz es pura ilusión del ego. La verdadera Guía es
Interna, es tu
Intuición, la Voz de tu Espíritu. Muchas veces esa voz coincidirá con lo
que escuchas
de afuera y pensarás que alguien te está guiando. Pero, apenas aceptes a
alguien como tu
ídolo, comenzarás a fabricar tu propia decepción. Ocurre lo mismo si
alguien te ha
entronizado y te ha tomado como líder; en algún momento los problemas de
tu vida
personal lo decepcionarán.
Todos aprendemos y enseñamos al mismo tiempo. Por tal motivo, es conveniente
mantener una actitud receptiva hacia las señales que recibimos de
nuestro entorno y ver
qué resonancia producen en nuestro interior.
No eres el salvador ni la guía de nadie. Ninguna vida depende de tus
conocimientos
ni de tus esfuerzos. Esto es cierto también al revés. Nadie te rescatará
ni te salvará,
excepto tú mismo.
El mejor Guía con que contamos está dentro de Nosotros. Nos habla con
voz suave y
paciente, sin obligarnos a nada; nos indica siempre el camino más corto
y más feliz, nos
da la idea más adecuada y la respuesta que racionalmente no podemos
encontrar.
Por eso, es conveniente practicar meditación y ejercicios de relajación
para poder
escuchar esa voz. Si vives de prisa, tenso, angustiado y con un ritmo
acelerado,
seguramente no oirás la “voz de tu intuición” y buscarás guías externas.
Hay personas que son muy positivas y estimulantes, y podrán ayudarte en
un principio.
Evita idolatrarlas y evita también ser idolatrado. Recuerda siempre que
la “Guía más
válida y acertada está siempre dentro de ti”.

*9. CREER QUE LOS MAESTROS ESPIRITUALES SON AQUELLOS QUE
NOS PROVEEN DE LA INFORMACIÓN TEÓRICA*
Tendemos a caer muy fácilmente en la creencia de que las personas que
nos enseñan
son adelantados y que ya han superado muchas pruebas en su vida. En
algunos casos,
esto es totalmente cierto; en otros, no. El hecho de que una persona
transmita una
determinada información no la coloca en un grado superior. Debes
recordar que
cualquier forma de idealización o selectividad corresponde al terreno
del ego.
Los verdaderos maestros espirituales son aquellos que nos ponen a prueba
y vienen
“disfrazados” de hijos, padres, jefes, amigos, enemigos, animales,
plantas y demás.
Son aquellos que nos traen problemas. Ellos son los que realmente nos
enseñan las
lecciones que tenemos que aprender porque nos ponen a prueba.
Todas las religiones del mundo enseñan que Dios es Amor, que vivir con
Dios significa
expresar Amor a los demás. Algunas personas asisten a templos, iglesias,
o escuelas
esotéricas, donde reciben esta información, pero luego van a sus casas y
se pelean con
sus familiares, critican a sus vecinos, odian a sus jefes, a los
políticos, a los animales, a
individuos de otras razas o culturas. Ellos todavía no han aprendido la
lección y la vida
los llevará a enfrentarse una y otra vez con la misma situación o
persona… hasta que
aprendan a mostrar amor.
Haciendo una comparación con la enseñanza tradicional, los líderes
espirituales o
religiosos son los “libros” que nos dan la información; las personas que
nos traen
problemas son los maestros que “nos toman el examen” para ver si pasamos la
prueba o no.
Existe una Ley en el Universo: Todo lo que nos molesta, complica,
enreda, o todo lo
que odiamos, se nos “pega”. Esto ocurre hasta que aprendemos a amar la
situación.
Entonces, ese problema o esa persona se convierten en el maestro
espiritual de ese
momento.

*10. CREER QUE UNO NO PUEDE ENOJARSE, TEMER, O SENTIR
CUALQUIER OTRA EMOCIÓN NEGATIVA POR ESTAR EN EL CAMINO
ESPIRITUAL*
Esta creencia nos lleva a una gran represión de la ira y de los enojos,
que hacen su
reaparición más tarde bajo la forma de rencor, crítica o rechazo.
Mientras estamos en el
plano terrenal, vivimos la sensaciones y las emociones de este plano.
Algunas de ellas
son muy placenteras, otras no.
El tener un conocimiento intelectual acerca de la acción destructiva de
ciertas
emociones no las hace desaparecer. Uno puede saber lo malo que es el
enojo y, sin
embargo, no puede evitar enojarse.
En realidad, uno sí puede evitar enojarse, o asustarse o angustiarse,
pero eso exige un
entrenamiento. Durante dicho entrenamiento, hay momentos en que podemos
dominar
la rabia y la ansiedad, y otros en los que nada puede calmarnos. Una vez
que aparece el
enojo, lo mejor es descargarlo de la manera más positiva posible. Es
mucho peor
reprimirse e intentar decir: “Todo está bien en mi mundo”, cuando uno
internamente
está sintiendo el deseo primitivo de querer atacar a alguien.
La mayoría de las personas que transitan el terreno espiritual son muy
exigentes consigo
mismas y pretenden erradicar completamente de sus vidas este tipo de
reacciones. Esto
no resulta desacertado pero se logra a través de un proceso. Sé amable
contigo mismo
y, de vez en cuando, date el permiso necesario para maldecir, golpear un
almohadón, gritar, llorar y expresar, como mejor te resulte, todas las
emociones
negativas que te toca vivir.
La mayoría de los errores aquí enunciados están generados por la actitud
crítica de
nuestro propio ego. El ego no puede desaparecer por que necesitamos de
él para
actuar en este plano. La “solución” es ponerlo alineado con nuestro
Espíritu.
Amablemente, le podemos decir al ego que: “A partir de ahora, deberá
seguir las
indicaciones de un nuevo Maestro amoroso, amable, paciente y permanente,
que nunca
juzga y que sabe que siempre estamos haciendo lo mejor que podemos”. Si
seguimos las
indicaciones de nuestro Maestro Interior, nunca podemos fallar.

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3 comentarios:

ॐDharma ॐ dijo...

Gracias muy util, te felicito por que tus publicaciones son muy interesante.

rompetechos dijo...

aummmm... paz y amor... ¡Y EL PLUS PAL SALON!

Unknown dijo...

gracias !
bacano que hagas saber esto :D